jueves, 4 de junio de 2015

Grafitis científicos. 88

Vaya por delante que la ciencia de este ejemplar de hoy, no se encuentra unida al arte en el motivo de la pintada, como suele ser habitual en esta categoría. No. En este caso la ciencia sólo la verá, es una forma de hablar, si lee el texto que viene a continuación.

De la primera de mis afirmaciones ya se habrá percatado por el dibujo, que está realizado a carboncillo. Se trata de una escena en la que se aprecia un gran barco, del que se acaba de botar una canoa, y junto a la que se puede leer: “Pedro Villar (o Vallar) vecino de ... estuvo aquí".

O sea que, salvando las distancias, más o menos como hoy. Sí, pero vamos, más bien menos que más. Y me explico.

Grafitis antiguos
Aunque alguien pudiera pensar lo contrario, los grafitis no son una manifestación artística de los tiempos que corren. Ni mucho menos.

No es poco lo que ha llovido desde que el hombre empezó a practicarlo hace siglos, dicen que allá por los tiempos del Imperio Romano. Eso que sepamos y tengamos constancia, porque tampoco sería de extrañar, que los hubiera más antiguos aún. Pero a lo que vamos.

El enrocado de hoy ha sido descubierto hace unos días, en una de las paredes del Museo Mudéjar de la localidad sevillana de Carmona, que está siendo restaurada.

Una restauración y consolidación en las que está implicado todo el edificio, actual sede del Centro Temático del Mudéjar.

Con dicho proyecto se pretende, entre otras finalidades, eliminar las numerosas capas de cal que han cubierto grafitis como éste y otras pinturas de sus paredes, a lo largo de los últimos cinco (5) siglos.

Que es más o menos cuando se pintó nuestro ejemplar ya que se estima, data de finales del siglo XV o principios del XVI. Es decir, más o menos de los tiempos del descubrimiento del Nuevo Mundo.

Del motivo pictórico, sólo decir por ahora lo que está a la vista. Con lujo de detalles y destreza artística podemos vemos un gran barco, probablemente una nao o una carabela, de la que se ha botado una canoa.

En la cubierta de la nao se ve a un soldado disparando un cañón, cuyo proyectil se dirige hacia la proa. Y en la canoa se distingue una serie de figuras cubiertas con un tipo de casco conocido como capacete y pertrechadas con escudos.

Todo apunta a que se está describiendo un desembarco militar. Lo que no deja de ser extraño.

No por el motivo, sino por el lugar. Abundan los grafitis de barcos de siglos pasados, pero localizados en zonas costeras y de tradición naval, y escasean en regiones del interior.

Y hasta aquí. En otro momento le comentaré algunos aspectos científicos acerca de los términos carboncillo, cal y carabelas.


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