lunes, 4 de marzo de 2013

Alrededor del 2012DA14


De él, ya se ha dicho y publicado casi todo.

Al fin y al cabo, una pequeña roca de poco interés, si no fuera porque se acercó silenciosamente, y mucho, a la Tierra. Pero su seguimiento por radar, nos ha ofrecido un par de detalles curiosos.

Aunque poco brillante e invisible para el ojo desnudo, su visión no constituyó un problema que una buena cámara digital, un cielo bien oscuro y, cómo no, saber hacia dónde había que apuntar, pudieran resolver.

Unas condiciones que cumplía el fotógrafo Colin Legg en Perth, Australia. Allí capturó el vídeo que inicia la entrada. Un vídeo con un par (o más) de pequeñas sorpresas.

Por si no se han percatado, junto al 2012DA14 deslizándose de arriba a abajo por el lado izquierdo de la pantalla, podemos ver, al principio del mismo, otro objeto celeste.

Se trata de un meteorito que cae en picado a través del campo de visión, dejando atrás lo que se conoce como un tren persistente; en este caso un rastro de roca vaporizada de color naranja, que puede brillar durante varios minutos.

Y si se fijan, también se pueden ver varios puntitos pequeños que viajan a través del marco. Se trata de otro tipo de satélites, los enviados por el hombre al espacio, satélites artificiales.

Para verlo, preferible ponerlo a pantalla completa.

Ya me contarán.

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