El último en aparecer y en el que, el ya papa Benedicto XVI, trata el origen, la infancia y la juventud de Jesús. Sin embargo, y como puede ver, no es en realidad el tercero por su contenido.
De modo que, más bien, hay que verlo como una introducción a los dos volúmenes que le preceden y que tratan de la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret.
El primero, Jesús de Nazaret, que acabó ya como papa, tras su elección en abril de 2005. Y el segundo, dedicado a la Pasión y la Resurrección, que transcurre desde la entrada de Jesús en Jerusalén hasta la misma Resurrección.
Pero volviendo al que nos lleva, La infancia de Jesús se compone de cuatro capítulos y un epílogo a lo largo de 176 páginas.
En el primero de ellos, destinado a ubicar a Jesús en la historia, nos narra su genealogía y como su finalidad es, fundamentalmente, teológica y simbólica, no duda en utilizar los evangelios de Mateo y Lucas, a pesar de lo diferentes que son.
No estoy diciendo que el fin justifique los medios, pero se ve que hay causas que exigen más que otras. Estas cosas pasan.
Y así nos remarca que, de Jesús, se sabe muy bien no sólo cuándo nació y apareció en público; sino quién es, de dónde viene y a qué época pertenece. En sus propias palabras “perfectamente datable y a un ambiente geográfico perfectamente indicado”.
Para la cabeza visible de la Iglesia Católica, Jesús nació en el año 15 del imperio de Tiberio César (42 aC-37 dC). En fin, es un hombre de Dios quien lo dice.
En el segundo capítulo, dedicado al anuncio del nacimiento, el Santo Padre escribe que leyendo el diálogo entre María y el ángel Gabriel se ve cómo Dios, a través de una mujer, busca “un nuevo ingreso en el mundo”.
En el tercero, dedicado al nacimiento en Belén, nos relata “que María envolvió al niño en pañales y cómo preparó el nacimiento del hijo”.
También realiza un análisis de cómo la tradición ha interpretado lo concerniente al pesebre y las gasas. Lo hace a la vez que, desde el punto de vista teológico, nos aclara que el niño envuelto en gasas viene a ser como una anticipación de la hora de su muerte.
Y que el pesebre del portal de Belén juega el papel de altar de sacrificio. Todo un ejercicio de exégesis.
En el cuarto y último capítulo trata la cuestión de los Reyes Magos que representan, según el Sumo Pontífice, a la humanidad “cuando emprende el camino hacia Cristo”.
También es en él donde debe aparecer el “origen andaluz de sus majestades”. Un asunto que no termina de estar claro del todo. Al menos no tan claro como los anteriores. Al menos para mí.
Es más que posible que, incluso, no aparezca tal afirmación. Se lo cuento en la siguiente entrega. Mientras:
TÍTULO: La infancia de Jesús
AUTOR: Joseph Ratzinger Benedicto XVI
EDITORIAL: Planeta, 2012
Pero volviendo al que nos lleva, La infancia de Jesús se compone de cuatro capítulos y un epílogo a lo largo de 176 páginas.
En el primero de ellos, destinado a ubicar a Jesús en la historia, nos narra su genealogía y como su finalidad es, fundamentalmente, teológica y simbólica, no duda en utilizar los evangelios de Mateo y Lucas, a pesar de lo diferentes que son.
No estoy diciendo que el fin justifique los medios, pero se ve que hay causas que exigen más que otras. Estas cosas pasan.
Para la cabeza visible de la Iglesia Católica, Jesús nació en el año 15 del imperio de Tiberio César (42 aC-37 dC). En fin, es un hombre de Dios quien lo dice.
En el segundo capítulo, dedicado al anuncio del nacimiento, el Santo Padre escribe que leyendo el diálogo entre María y el ángel Gabriel se ve cómo Dios, a través de una mujer, busca “un nuevo ingreso en el mundo”.
En el tercero, dedicado al nacimiento en Belén, nos relata “que María envolvió al niño en pañales y cómo preparó el nacimiento del hijo”.
También realiza un análisis de cómo la tradición ha interpretado lo concerniente al pesebre y las gasas. Lo hace a la vez que, desde el punto de vista teológico, nos aclara que el niño envuelto en gasas viene a ser como una anticipación de la hora de su muerte.
Y que el pesebre del portal de Belén juega el papel de altar de sacrificio. Todo un ejercicio de exégesis.
En el cuarto y último capítulo trata la cuestión de los Reyes Magos que representan, según el Sumo Pontífice, a la humanidad “cuando emprende el camino hacia Cristo”.
También es en él donde debe aparecer el “origen andaluz de sus majestades”. Un asunto que no termina de estar claro del todo. Al menos no tan claro como los anteriores. Al menos para mí.
Es más que posible que, incluso, no aparezca tal afirmación. Se lo cuento en la siguiente entrega. Mientras:
TÍTULO: La infancia de Jesús
AUTOR: Joseph Ratzinger Benedicto XVI
EDITORIAL: Planeta, 2012
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