Sí, ha leído bien. No es una errata. El hombre ha agujereado el Polo Sur para poder estudiar mejor el Universo. Una paradoja por supuesto dicho así, que casi, casi,
resulta ser un oxímoron.
Les hablo de un inmenso
observatorio astronómico que está sepultado en la Antártida, y cuya misión es desentrañar algunos de los misterios
del Cosmos. En particular se busca
hacer visible la materia oscura del
cosmos.
Enterrado en un
kilómetro cúbico (1 km3) de hielo,
junto a la base Amundsen-Scott, en
el centro del Polo Sur, se encuentra el laboratorio menos convencional del
mundo. Lo es porque explora el universo, mirando hacia las profundidades
heladas del subsuelo antártico.
Un contra Dios.
Pero se ve que el hombre para ciertas cosas, sigue pensando en términos
bíblicos. Y que así en la tierra como en el cielo. Igual arriba que abajo. Lo
mismo.
Un observatorio subterráneo
que consta de casi cien agujeros como el que les hablo y que con una inversión
de doscientos setenta millones de dólares (270 000 000 $), se terminó de
construir a finales de 2010.
Se tardó más de
una década en perforarlos y tienen una longitud de entre 1500 y 2500 m
conformando una compleja maraña subterránea de 5160 fotodetectores.
Unos
observadores que buscan ‘ver’ las colisiones entre los núcleos atómicos de las moléculas de hielo y los neutrinos.
De
nuevo los neutrinos
Como sabemos los
neutrinos son unas esquivas partículas subatómicas que proceden de los
fenómenos cósmicos más violentos: supernovas
(explosiones de estrellas), agujeros
negros o estallidos de rayos gamma.
La comunidad
científica piensa que su estudio ayudará a conocer mejor estos fenómenos y a
dibujar un mapa más preciso del universo, del que solo ‘vemos’ un uno por
ciento (1%).
Impresionante
pero es así. El 99% restante está hecho de lo que se denomina materia oscura, y que hoy por hoy es indetectable
para la ciencia.
El ‘Ice Cube’, que es como se conoce a
esta masa de hielo, busca ‘revelar’ esa materia oscura mediante la detección de
neutrinos.
Proporcionaría no
sólo una visión revolucionaria del universo, sino que facilitaría el hallazgo
de nuevas fórmulas de energía y, por supuesto, nos abriría a conocimientos
hasta hoy restringidos al hombre. (Continuará)
Porque no escribe sobre la materia oscura, pero a un nivel básico ya que no tengo ninguna formación sobre este tema.
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