lunes, 12 de diciembre de 2011

Sobre la charla “De Ciencias por Sevilla”

Como les anuncié, el pasado martes 29 de noviembre tuvo lugar la charla “De Ciencias por Sevilla”.

Un intento más en el esfuerzo para que se cumpla el deseo del nobel español, y que "al carro de la cultura no le falte la rueda de la Ciencia".

Creo que la temática cumplió el requisito de la institución cultural organizadora “Curso de Temas Sevillanos”, que no es otro que el de asociar la cultura con Sevilla.

Una cultura entendida como debe ser. Cultura asociada con Humanidades. Y Humanidades asociadas con Ciencias y Artes, es decir Humanidades. Que es, ni más ni menos, lo que hacemos los humanos.

Y en ese paseo virtual por las calles de nuestra ciudad, en busca de un nexo entre su nomenclátor, edificios, placas conmemorativas, monumentos, etcétera y el mundo científico, aparecieron muchos de los que les adelanté. Pero no todos.

A cambio aparecieron otros que no se les esperaba. Son las cosas que traen el directo.

Entre los primeros Marie Curie y su calle en la Cartuja; Albert Einstein y la fuente solar de Plaza de Cuba; Gustave Eiffel y las Naves del Barranco; Demófilo allá en la calle Pureza o Sebastián Elcano y la esfera armilar de Plaza de Cuba.

De rondón se colaron Isabel Ovín, la primera licenciada química de España; los candados del puente de Triana o Los Machado, una saga que a poco tardar habrá que “encursar”.

Y se presentaron sin avisar el músico Mozart en el paseo Colón; la primera cocina sevillana, en el patio Banderas; el ajedrez, a dos pasos en el Alcázar o los universitarios vítores de la Catedral y Archivo de Indias.

Tan solo de pasada se tocaron el nobel Severo Ochoa y el IES San Isidoro; el Atomium de Plaza de Armas o la casa Fabiola y el obispo Wiseman.

Y quedaron para otra, científicos de la talla, nada menos que, de Galileo Galilei, Fleming, Ramón y Cajal, Isaac Newton, Torres Quevedo, Monardes, Charles Darwin y un largo, largo, etcétera.

Por supuesto que muchos de estos enclaves han aparecido en enroquedeciencia.es donde los pueden leer.

Y poco más contarles.

No les puedo decir si gustó o no. En estas ocasiones el público suele ser muy educado y no deja margen a la duda.

Por mi parte les diré que disfruté tanto preparándola como impartiéndola. La verdad es que estas cosas me gustan.

Gracias a todos.

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