Como les
anuncié, el pasado martes 29 de noviembre tuvo lugar la charla “De
Ciencias por Sevilla”.
Un intento
más en el esfuerzo para que se cumpla el deseo del nobel español, y que "al
carro de la cultura no le falte la rueda de la Ciencia".
Creo que la
temática cumplió el requisito de la institución cultural organizadora “Curso de Temas Sevillanos”, que no es
otro que el de asociar la cultura con Sevilla.
Una cultura
entendida como debe ser. Cultura asociada con Humanidades. Y Humanidades asociadas con Ciencias y Artes, es
decir Humanidades. Que es, ni más ni
menos, lo que hacemos los humanos.
Y en ese
paseo virtual por las calles de nuestra ciudad, en busca de un nexo entre su
nomenclátor, edificios, placas conmemorativas, monumentos, etcétera y el mundo
científico, aparecieron muchos de los que les adelanté. Pero no todos.
A cambio
aparecieron otros que no se les esperaba. Son las cosas que traen el directo.
Entre los
primeros Marie Curie y su calle en
la Cartuja; Albert Einstein y la fuente solar de Plaza de Cuba; Gustave
Eiffel y las Naves del Barranco; Demófilo allá en la calle Pureza o Sebastián Elcano y la esfera armilar de Plaza de Cuba.
De rondón se
colaron
Isabel Ovín, la primera licenciada química de España; los candados del puente de Triana o Los Machado, una saga que a poco tardar habrá que
“encursar”.
Y se
presentaron sin avisar el músico Mozart
en el paseo Colón; la primera cocina sevillana, en el patio Banderas; el ajedrez, a dos pasos en el Alcázar
o los universitarios vítores de la Catedral y Archivo de Indias.
Tan solo de
pasada se tocaron el nobel Severo Ochoa
y el IES San Isidoro; el Atomium de Plaza de Armas o la casa Fabiola y el obispo Wiseman.
Y quedaron
para otra, científicos de la talla, nada menos que, de Galileo Galilei, Fleming, Ramón y Cajal, Isaac Newton,
Torres Quevedo, Monardes, Charles Darwin
y un largo, largo, etcétera.
Por supuesto
que muchos de estos enclaves han aparecido en enroquedeciencia.es donde los
pueden leer.
Y poco más contarles.
No les puedo
decir si gustó o no. En estas ocasiones el público suele ser muy educado y no
deja margen a la duda.
Por mi parte
les diré que disfruté tanto preparándola como impartiéndola. La verdad es que estas
cosas me gustan.
Gracias a todos.
Me hubiera gustado ir.
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