lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Qué sabemos de la supernova 1987 A?


Recordamos que las supernovas, al igual que las novas, son estrellas que explotan liberando en el espacio parte de su material, a la vez que su brillo aumenta de forma espectacular.

Son fenómenos naturales, detectables incluso a simple vista, que parecen el mismo nacimiento de una estrella. 

De ahí que se las conociera como stellae novae (estrellas nuevas) o simplemente novae (nova, nueva).

Desde el punto de vista físico la explosión de una nova o de una supernova, consiste en una reacción de fusión nuclear o termonuclear, originada por la acumulación de hidrógeno en la superficie de una enana blanca.

Se diferencian en que tras el enorme brillo inicial de ambas con el posterior apagamiento, la nova continua existiendo durante cierto tiempo, mientras que la supernova se destruye tras la explosión.

Supernova 1987 A
La luz de esta supernova llegó a la Tierra el 23 de febrero de 1987, siendo la primera detectada en ese año, motivo por el que se la designó como 1987A.

Ocurrió en las afueras de la Nebulosa de la Tarántula (NGC 2070), situada en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana cercana perteneciente a nuestro Grupo Local.

Les hablo de una distancia astronómica de, aproximadamente, 168 000 años-luz. Ya enrocamos este tema en su momento.

Por cierto que en el año 2000, el grupo de rock Pearl Jam utilizó una de las primeras imágenes de la explosión de esta supernova como carátula del disco Binaural. Les dejo con una de sus canciones, su título Años-luz. Por qué no.

Desde el punto de vista científico, un año-luz es la distancia que recorrería un fotón en un Año Juliano (365,25 días de 86 400 s), a la velocidad de la luz en el vacío (299 792,458 km/s) y a una distancia infinita de cualquier campo gravitacional o magnético.

Echando cuentas un año-luz equivale a 9 460 730 472 580,8 km, que multiplicado por los 168 000 años-luz, sale una distancia de… 

Bueno les evito el tener que leer una cifra tan sideral.

Pero sí les diré que cómo debió de ser la explosión para que, a pesar  de la distancia a la que se produjo, se viera a simple vista desde la Tierra. Todo un espectáculo cósmico.

La de 1987 es la supernova más cercana observada desde la nebulosa 1604, también conocida como nebulosa o estrella de Kepler, y que apareció en la Vía Láctea.

Ya que en los albores del siglo XVII la tecnología del espacio no lo permitía, la nebulosa 1987 fue la primera oportunidad para que los astrónomos modernos pudieran ver y estudiar “de cerca” una supernova.

Y uno de esos estudios estuvo relacionado con los neutrinos. Supernova 1987-A y neutrinos.

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