Es normal que cada uno se consuele en
esta vida como bien pueda o entienda. Por lo general echando balones fuera.
Entiéndanme. Culpando a alguien, o a algo, de nuestras propias penurias.
No es que esté bien, lo acepto. Pero
resulta tan, tan, reconfortante. Que la verdad apenas conozco a alguien que se
resista a dicha tentación.
,
Y así, cuando sufrimos por culpa del
desamor, solemos repetir a todo el que esté dispuesto a oírnos, expresiones del
tipo: “Yo ya no creo en los hombres”;
o aquella otra de: “Las mujeres no me
interesan”.
En definitiva un rotundo y genérico: “El amor no existe”. Y nos quedamos tan
pancho. O lo que viene a ser lo mismo, más alto que ancho. Como si de verdad
creyéramos lo que decimos.
Es como si en su vida profesional, un
químico dijera: “He dejado de creer en el
oxígeno; no ha funcionado bien un experimento”. O un filósofo, inmerso en
la nebulosa de un conflicto cognitivo de sus propias cogitaciones, se destapara
con un: “La oscuridad es propia del
pensamiento”. Ya.
Por no hablarles de aquel novelista que,
agotado el manantial de sus inspiraciones, le suelta al mundo aquello de: “La novela ha muerto, las novelas son cosas
del pasado”.
O del pintor que incapaz de pintar una
circunferencia con un canuto, intenta convencer a todos que no hay nada mejor
que la pintura abstracta.
Vamos que no. Y no les cuento de más
profesiones por no cansarles. Ustedes ya ven por donde voy. Y yo lo sé también.
Es decir, más o menos, lo que les decía
más arriba ¡Sálvese el que pueda del comportamiento estúpido!
Me gusta como escribe. Me parecen bien este tipo de entrdas en un blog de ciencias
ResponderEliminarMe parece una muy interesante reflexión acerca del tema. Coincido con usted en que es realmente fácil echar las culpas a las circunstancias ajenas y la naturaleza humana, en un afán quizá ahorrativo, hace al ser humano tender a lo sencillo.
ResponderEliminarNo por ello, en mi opinión, deberemos pensar que hacerlo es lo más inteligente. Por esa misma regla de tres, no deberíamos hacer la cama, estudiar, pensar... Podríamos simplemente cometer un sencillo acto eutanásico y nos ahorrariamos penurias. Por lo tanto, que la naturaleza humana haga al humano seguir el camino más corto no implica que esto sea lo más sabio y aquí es donde diferenciamos instinto y razón.
Saludos.
PD: Les agradecería que me hicieren saber las discrepancias surgidas.