La paradoja de Lucky Luke

Les supongo al tanto de la fama de pistolero rápido que tiene el conocido vaquero de ficción Lucky Luke. Es más rápido que su propia sombra.

Sus movimientos corporales al desenfundar, superan en velocidad a la de los fotones de la luz que proyectan su sombra. 

De modo que él ya ha disparado, mientras que su sombra aún no ha iniciado el movimiento de desenfundar. Impresionante.

Estarán conmigo que, en la práctica, la situación es inconcebible por tremenda. Una paradoja sorprendente. Algo imposible.

Y la teoría apunta en el mismo sentido. Nada puede ir más rápido que la luz.

Aunque, ¡cuidado! El tiempo que mide un reloj se puede ralentizar según la velocidad a la que viaje dicho reloj. Eso también lo dice la TER de Einstein.

Por ejemplo el tiempo en el reloj de un piloto de avión mientras vuela, transcurre más despacio que cuando está en tierra. Tanto más despacio conforme el avión viaje a una velocidad más próxima a la de la luz.

De modo que si llegara a volar a esa velocidad, entonces el reloj se pararía. Y si la superara entonces echaría a andar marcha atrás. Todo esto se contempla dentro del marco de la teoría.

Naturalmente la posibilidad de viajar más rápido que la luz significaría poder viajar al pasado, con las consabidas paradojas que esto implicaría. Por ejemplo, poder matar uno a su abuela antes de que ella pariera a papá. O conquistar a mamá y casarse con ella en vez de papá.

Con lo que dicho individuo no hubiera podido nacer en ninguno de los casos. Claro que entonces no existiría por lo que no podría haber viajado en el tiempo.

No. No creo en el viaje en el tiempo. Resulta paradójico y además va en contra de la TER. Que ya se lo he comentado no es sólo una teoría, es mucho más. Se trata de una descripción precisa, comprobada y comprobable, de la realidad.

Todo apunta a que hay que ser prudentes y esperar a tener más estadísticas que confirmen los inauditos datos del proyecto OPERA del CERN.

Porque, si bien la sensibilidad y precisión de los detectores de neutrinos empleados en dicho experimento fueron muy altas, no fueron lo suficiente como para poder extraer la revolucionaria conclusión: neutrinos más rápidos que la luz. 

Lo que, supuestamente, tira por tierra la TER.

Una teoría que, por otro lado, viene avalada por infinidad de resultados experimentales que la confirman. Uno de ellos los datos recogidos de la supernova 1987A, relacionados con los neutrinos.