Diseñada para ser construida en el Campo de Marte cerca del río Sena, en el 7º distrito de París, la idea de su construcción no gustó a casi nadie.
Empezando por el propio pueblo llano de Paris que, desde el principio, la vieron demasiado alta.
En el proyecto inicial la torre iba a medir 350 m, pero los parisinos se opusieron, reduciéndola a 300 m.
En el proyecto inicial la torre iba a medir 350 m, pero los parisinos se opusieron, reduciéndola a 300 m.
Con todo es la estructura más alta de París, la segunda es el Tour Montparnasse, y la quinta más alta de Francia.
Así y todo, a pesar del recorte en su altura, el señor Eiffel se salió bastante del presupuesto económico pactado.
Pero qué le vamos a hacer. Estas cosas suelen ocurrir con demasiada frecuencia, cuando uno se mete en obras. Seguro que a usted le ha pasado.
Empezando por el pueblo llano les decía, y continuando por las clases medias y altas que, incluso antes de que hubieran comenzado los trabajos de construcción, ya publicaban artículos propagandísticos en su contra.
La oposición a la construcción de la “la inútil y monstruosa Torre Eiffel”, como la denominaron sus detractores, tomó cuerpo en febrero de 1887 cuando cerca de trescientos artistas, entre los que se encontraban escritores, pintores, compositores, arquitectos, etcétera presentaron una denuncia conjunta en forma de carta abierta.
Hoy es conocida como “Carta de protesta de los artistas contra la torre del Sr. Eiffell”.
Y entre esos artistas firmantes podemos ver a: Guy de Maupassant, Charles Gounod, Victorien Sardou, Charles Garnier, François Coppée, Sully Prudhomme, Leconte de Lisle, William Bouguereau, Alexandre Dumas (hijo), Ernest Meissonier, Joris-Karl Huysmans, Paul Verlaine, y así hasta tres centenares.
Se trata de un manifiesto escrito en unos términos muy duros contra la torre. En él se pueden leer perlas como:
- "esta, verdaderamente, trágica lámpara de calle" de Léon Bloy.
- "este esqueleto de atalaya" de Paul Verlaine.
- "este mástil de hierro de aparejos duros, inconclusos, confusos, deformes" de François Coppée.
- "tubo de fábrica en construcción,…, supositorio acribillado de hoyos" de Joris-Karl.
Así era vista la torre, desde el punto de vista estético, por buena parte de los artistas de la época.
Pero sabido es que el tiempo da perspectiva a las cosas.
Pero sabido es que el tiempo da perspectiva a las cosas.
Hoy día, muchos autores modernos consideran la torre como un poderoso símbolo estético en particular, y una auténtica muestra de vanguardia ingenieril en general.
Una estructura por tanto a conservar y que nos plantea una incógnita: ¿Se puede caer la Torre Eiffel?
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