(Continuación) En cualquier caso, ahí está la explicación científica del asunto. Así que de milagros, nada de nada.
La mula Milagros
Esta es la explicación de lo que ocurrió el 10 de mayo de 1952, en la localidad cordobesa de Luque, hace ya casi sesenta años.
Según cuentan las crónicas, en una finca de dicha localidad una mula llamada Tabernera se quedó preñada de forma natural de un caballo y tuvo una cría a la que pusieron de nombre Milagros.
Un nombre que le venía que ni al pelo, ya que no era para menos. Se trataba de un hecho increíble pero cierto.
Al parecer su dueño, cuando murió el animal que llegó a vivir veinte años, no tuvo otra idea mejor que disecar su cabeza y colgarla de una pared.
Una forma muy humana de mantener vivo el recuerdo del “milagro mulero”. Y en cuyo apoyo la historia se ha vuelto a repetir.
Hace aproximadamente unos diez días, se lo contaba al principio, una mula ha parido una cría a la que han puesto de nombre, también Milagros.
La otra mula Milagros
Sin embargo en esta ocasión hay una diferencia fundamental con la Milagros cordobesa. La sevillana de Los Palacios ha venido al mundo por fecundación no natural.
En efecto. El año pasado por estas fechas a una mula de nombre Banderas se le transfirió el embrión extraído a una yegua que había sido preñada por un burro.
Un experimento que no salió a la primera y hubo que repetir una segunda vez.
Un experimento que no salió a la primera y hubo que repetir una segunda vez.
Se trata del primer caso de fecundación artificial con éxito que se da en España, si bien es una técnica habitual en otros países como los EEUU, donde en los últimos años han nacido ya cerca de una decena de crías mediante este sistema.
Al parecer la mula Banderas tuvo a la cría a la una de la madrugada del pasado 23 de marzo, sin el menor de los problemas. Tiene el pelón alazán y ha sido bautizada por su dueño, ya se lo he dicho antes, con el nombre de Milagros.
Hibridación: una cuestión de supervivencia
Como seguro sabe el hombre produce híbridos, tanto animales como vegetales, porque con ellos obtiene especímenes que reúnen las mejores características de cada una de las especies que la componen.
Una hibridación entendida como una cuestión de supervivencia y mejora de la especie.
Por ejemplo, en el caso de la mula, se trata de un animal mucho más resistente, fuerte e inteligente de lo que serían sus dos padres independientemente.
De ahí que, tradicionalmente, el mulo haya sido, y siga siendo, utilizado como medio de transporte, en la agricultura para arar los campos y en otras tareas, como sacar agua de los pozos mediante una noria.
De ahí que, tradicionalmente, el mulo haya sido, y siga siendo, utilizado como medio de transporte, en la agricultura para arar los campos y en otras tareas, como sacar agua de los pozos mediante una noria.
Ni que decirles que con la modernidad, y su inevitable progreso tecnológico, este animal al igual que el burro, se está viendo relegado por la maquinaria agrícola. Lo que no deja de ser un avance. O no.
Fecundación artificial: una cuestión de rentabilidad
En cuanto a la fecundación artificial, no es tanto una cuestión de supervivencia como de rentabilidad.
En concreto, y en el caso de estos cuadrúpedos, es bastante frecuente que a las hembras de competición preñadas, se les saque el embrión para transferirlo a otra hembra.
En concreto, y en el caso de estos cuadrúpedos, es bastante frecuente que a las hembras de competición preñadas, se les saque el embrión para transferirlo a otra hembra.
Que serán las que pasen la preñez y den a luz, liberando de este modo a las yeguas campeonas para que se dediquen al deporte y puedan conseguir premios para sus dueños.
Visto así animales valiosos, genética y morfológicamente, podrían tener 12 crías al año, una por mes. Sólo harían falta 12 madres de alquiler. Ya se lo he dicho, una cuestión de rentabilidad.
La crisis pasa facturas a todos
Y en esta línea de rentabilidad es en la que parece que ha pensado Antonio Miraime, dueño de la nueva Milagros.
Por lo que se sabe, no está dispuesto a volver a preñar, de forma artificial, a su mula Banderas.
Por lo que se sabe, no está dispuesto a volver a preñar, de forma artificial, a su mula Banderas.
Y es que al dinero que dejó de ingresar en todo el año de la preñez de la mula, en concepto de alquiler para romerías y faenas varias del campo, hay que sumar los gastos que ocasionó la fecundación artificial.
Tres mil euros del embrión, mil de medicamentos y otro pico igual en ecografías y cuidados especiales. Vamos que la mula Milagros no ha salido de balde, precisamente.
Por eso lo quiere rentabilizar y pide seis mil euros por ir a la tele a contarlo y está dispuesto a vender los vídeos que tiene de todos los momentos.
Desde la fecundación, pasando por el embrión y su transferencia, hasta los mejores momentos de la preñez y, como no, el parto.
Desde la fecundación, pasando por el embrión y su transferencia, hasta los mejores momentos de la preñez y, como no, el parto.
En fin, lo dicho. La dichosa crisis.
no seporque escribe de estas cosas si presuntamente es un blog de ciencia.
ResponderEliminarPues puede hacerlo por al menos dos motivos: La difusión del uso de la técnica de la fecundación no natural y para desmentir el mito de que sea un milagro, algo que la ciencia no puede explicar.
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