Dicen que no hay dos sin tres. Pero por lo que se ve, tampoco hay tres sin cuatro.
Les digo esto porque, una vez más, viene a enroquedeciencia un tema ya tratado.
Y aunque no es uno que me atraiga especialmente, dado por un lado la naturaleza de vocación social con la que nació el blog y, por otro, la necesidad personal de quien escribe de cumplir con su palabra, aquí le traigo lo prometido, a petición de un enrocado seguidor.
Poner algo de luz en el significado de los tres términos que titulan la entrada. Lo haré yendo de lo general a lo particular, respetando un cierto orden cronológico. Ahí va un tres en uno.
Lo que implica que el término homosexual sugiere “una relación sexual y sentimental entre personas del mismo sexo, sin especificar a qué sexo se refiere”.
Así que tenemos ya dos puntualizaciones que hacer. La primera que un homosexual es una persona que puede ser tanto mujer como hombre. Luego el término se puede aplicar a ambos sexos.
La segunda, que el prefijo griego homo lo que significa es “igual” y no, como algunos podrían creer “hombre”, al considerarlo, erróneamente, derivado del sustantivo latino ‘homo’, que quiere decir ‘hombre’.
Aclarado este particular, y haciendo historia, creo que ya les he hablado de esto, el término homosexual fue empleado por primera vez en 1869, si bien no se hizo popular hasta 1886 por el psiquiatra von Krafft-Ebing.
Desde entonces su significado se ha interpretado de forma diferente a lo largo del tiempo. La homosexualidad empezó siendo catalogada como una enfermedad, un trastorno o patología que había que curar. Es decir, nació con claras connotaciones negativas.
Recuerden la historia de A. Turing.
Sólo desde 1973, tan solo han transcurrido 37 años, la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad.
Hay veces que el progreso sí supone ser un avance.
Hoy día la homosexualidad se entiende como un ingrediente más, necesario para comprender la biología, psicología, política, genética, historia y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos. Y de homosexual a gay.
Por cierto, en dicha relación el amante o compañero era conocido como gaiol.
En la actualidad, y en los países hispanohablantes, el término gay, se emplea para referirse a los hombres homosexuales.
De modo que, en puridad, entendido como sustantivo o adjetivo, es sinónimo de homosexual masculino. (Continuará)
Les digo esto porque, una vez más, viene a enroquedeciencia un tema ya tratado.
Y aunque no es uno que me atraiga especialmente, dado por un lado la naturaleza de vocación social con la que nació el blog y, por otro, la necesidad personal de quien escribe de cumplir con su palabra, aquí le traigo lo prometido, a petición de un enrocado seguidor.
Poner algo de luz en el significado de los tres términos que titulan la entrada. Lo haré yendo de lo general a lo particular, respetando un cierto orden cronológico. Ahí va un tres en uno.
Homosexual
Para empezar matizaré que, desde el punto de vista gramatical, el término homosexual es un neologismo. Mientras que, desde el etimológico, resulta ser un híbrido, del griego ‘homós’ (igual) y del adjetivo latino ‘sexualis’ (sexual).Lo que implica que el término homosexual sugiere “una relación sexual y sentimental entre personas del mismo sexo, sin especificar a qué sexo se refiere”.
Así que tenemos ya dos puntualizaciones que hacer. La primera que un homosexual es una persona que puede ser tanto mujer como hombre. Luego el término se puede aplicar a ambos sexos.
La segunda, que el prefijo griego homo lo que significa es “igual” y no, como algunos podrían creer “hombre”, al considerarlo, erróneamente, derivado del sustantivo latino ‘homo’, que quiere decir ‘hombre’.
Aclarado este particular, y haciendo historia, creo que ya les he hablado de esto, el término homosexual fue empleado por primera vez en 1869, si bien no se hizo popular hasta 1886 por el psiquiatra von Krafft-Ebing.
Desde entonces su significado se ha interpretado de forma diferente a lo largo del tiempo. La homosexualidad empezó siendo catalogada como una enfermedad, un trastorno o patología que había que curar. Es decir, nació con claras connotaciones negativas.
Recuerden la historia de A. Turing.
Sólo desde 1973, tan solo han transcurrido 37 años, la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad.
Hay veces que el progreso sí supone ser un avance.
Hoy día la homosexualidad se entiende como un ingrediente más, necesario para comprender la biología, psicología, política, genética, historia y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos. Y de homosexual a gay.
Gay
El término anglosajón gay tiene su origen en la palabra francesa gai, utilizada en el siglo XIII para referirse a la persona, por lo general un hombre, que practicaba lo que entonces se llamaba “culto al amor cortés homosexual”. Un claro eufemismo de la época.Por cierto, en dicha relación el amante o compañero era conocido como gaiol.
No obstante, en los siglos posteriores el término gay pasó a tener diferentes acepciones. Primero fue acuñado para nombrar a las prostitutas; más tarde sirvió para señalar a cualquier indeseable social; después la cultura británica lo adoptó para dirigirse de forma peyorativa a los homosexuales; para, finalmente, en lo que hoy llamaríamos inglés clásico pasar a significar sólo ‘alegre o divertido’.
En la actualidad, y en los países hispanohablantes, el término gay, se emplea para referirse a los hombres homosexuales.
De modo que, en puridad, entendido como sustantivo o adjetivo, es sinónimo de homosexual masculino. (Continuará)
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