(Continuación) Tan popular llegó a ser Jenny que apareció dibujada en varias revistas de la época. Se la veía vestida con ropa femenina y tomando el té, tal como le habían enseñado sus cuidadores.
Todo un espectáculo que, por desgracia, se interrumpió la morir la orangutana.
Hubo que esperar un par de años, 1840, para que el zoológico se hiciera con otro espécimen. También hembra, a la que llamaron cómo no Jenny y que llegó a ser más famosa que la primera. Tanto que fue a verla nada menos que la misma reina Victoria.
Cuentan que con meticulosidad, sobre la marcha, anotaba en su diario todas las “monadas” de las que era capaz la nueva Jenny. Cosas dignas, claro, de su real mención. Después con tranquilidad escribió: “Da miedo, y es dolorosa y desagradablemente humana”.
De vuelta a lo mismo. Para la gran mayoría de humanos de aquella época, no era fácil aceptar los parecidos entre ambos. Es más la negaban.
Incluso hoy, que ha pasado algo más de siglo y medio, y ciencias como la biología y la genética han confirmado las intuiciones de Darwin sobre nuestro parentesco con el resto de animales, la cosa no parece haber cambiado mucho.
Los prejuicios de las personas y el fundamentalismo religioso tienen buena parte de culpa.
Y éste es el tercer parecer sobre un parecido del que les hablaba. El primero el de un literato, W. Congrave; el segundo el de un científico, Ch.Darwin; y el tercero el de una reina, Victoria de Inglaterra.
Lo es porque va revestido de un supuesto barniz científico que, en realidad, es falsa ciencia.
Se llama Creacionismo científico y debajo de él subyace una idea también pseudocientífica, conocida como Diseño inteligente.
De nuevo ciencia y creencia juntas. Una mala pareja de viaje. No es la primera vez que se lo comento.
Como argumentos, la prueba de algo y la fe en algo, son planteamientos excluyentes. Ciencia y creencia son malas compañeras. No deben estar juntas. Sólo cuando acaba una debe empezar la otra. No importa el orden.
Ciencia, cultura y creencia. Tres pilares de esta controversia social. Y entre ellas la divulgación. Principio y fin de la controversia ¡Qué trabajos nos manda el Señor! (Continuará)
Todo un espectáculo que, por desgracia, se interrumpió la morir la orangutana.
Hubo que esperar un par de años, 1840, para que el zoológico se hiciera con otro espécimen. También hembra, a la que llamaron cómo no Jenny y que llegó a ser más famosa que la primera. Tanto que fue a verla nada menos que la misma reina Victoria.
Cuentan que con meticulosidad, sobre la marcha, anotaba en su diario todas las “monadas” de las que era capaz la nueva Jenny. Cosas dignas, claro, de su real mención. Después con tranquilidad escribió: “Da miedo, y es dolorosa y desagradablemente humana”.
De vuelta a lo mismo. Para la gran mayoría de humanos de aquella época, no era fácil aceptar los parecidos entre ambos. Es más la negaban.
Incluso hoy, que ha pasado algo más de siglo y medio, y ciencias como la biología y la genética han confirmado las intuiciones de Darwin sobre nuestro parentesco con el resto de animales, la cosa no parece haber cambiado mucho.
Los prejuicios de las personas y el fundamentalismo religioso tienen buena parte de culpa.
Y éste es el tercer parecer sobre un parecido del que les hablaba. El primero el de un literato, W. Congrave; el segundo el de un científico, Ch.Darwin; y el tercero el de una reina, Victoria de Inglaterra.
Creacionismo científico
Pero existe un cuarto parecer, digno de mención. Es mucho más actual pero igual de anti- evolucionista que los anteriores pareceres, literario y real. Aunque mucho más peligroso. Obsérvese que se trata de un oxímoron.Lo es porque va revestido de un supuesto barniz científico que, en realidad, es falsa ciencia.
Se llama Creacionismo científico y debajo de él subyace una idea también pseudocientífica, conocida como Diseño inteligente.
De nuevo ciencia y creencia juntas. Una mala pareja de viaje. No es la primera vez que se lo comento.
Como argumentos, la prueba de algo y la fe en algo, son planteamientos excluyentes. Ciencia y creencia son malas compañeras. No deben estar juntas. Sólo cuando acaba una debe empezar la otra. No importa el orden.
Ciencia, cultura y creencia. Tres pilares de esta controversia social. Y entre ellas la divulgación. Principio y fin de la controversia ¡Qué trabajos nos manda el Señor! (Continuará)
Un licenciado en física en de la universidad de Oregón (Kansas USA). Creo un movimiento en contra del diseño inteligente, debido a que esta se ofertaba como optativa en su universidad. Creo por tanto una religión inventada sobre un monstruo de espaguetti volador e invisible, Pastafarismo (ingles: FSM Flying Spaguetti Monsterism), fenómeno que hace furor en la red.
ResponderEliminar¡Muy entretenido e interesante el contenido de este blog!
ResponderEliminarMuchas gracias