No es el primer CSI que dedicamos al genial compositor alemán. Ya le hemos traído en un par de ocasiones para explicar el enigma de su sordera.
Otro tanto nos va a ocupar el misterio de su muerte. Porque mucho es lo que se ha especulado a lo largo de casi dos siglos, sobre sus posibles causas. Y ahora, en los albores del siglo XXI, estamos en condiciones de determinarla.
No lo mató ni el arsénico, ni la morfina, ni una hidropesía, ni tampoco una inflamación del hígado. Hoy sabemos que murió de saturnismo o plumbosis. Es decir, de envenenamiento por plomo (Pb) ¿Y cómo lo sabemos? ¿Cómo llegó dicho plomo a su organismo? ¿Es que alguien mató a Beethoven?
En este tipo de investigación los cabellos se comportan como si fueran “una especie de regla del tiempo”. Nos pueden dar una visión médica bastante completa de, hasta, los últimos cuatrocientos (400) días de la vida de una persona.
Así se pudo determinar que la intoxicación fue realizada con plomo, saturnismo, y que comenzó ciento once (111) días antes de la fecha de su fallecimiento en Viena, el 26 de marzo de 1827. Se estima que la alta concentración de plomo en su organismo, pudo haber sido unas cien (100) veces superior a la que hoy se considerable tolerable.
Aparte de los altos niveles de plomo, los análisis no encontraron ni el menor de los rastros de sustancias como arsénico, mercurio u opiáceos en el cuerpo del compositor. Así que asunto zanjado. La cuestión ahora es saber cómo llegó allí y en tan elevada cantidad.
Al parecer Beethoven solía tomar frecuentemente tencas y lucios, dos pescados de ríos que ya por aquella época, comienzos del siglo XIX, estaban fuertemente contaminados. Dicho de otra forma: el músico pudo ser una de las primeras victimas conocidas de la revolución industrial. Y que si el Danubio era azul, lo era por la tonalidad plúmbea de sus aguas. Azul plomo.
El factor en contra que tiene esta hipótesis es fácil de ver. Si hubiera existido dicho exceso de plomo en las aguas fluviales vienesas, tendrían que haber quedado testimonios escritos en los anales de la época, de otras intoxicaciones sufridas por el resto de la población. Unos documentos que no existen, ni a lo largo del siglo XVIII ni del XIX. Por lo que la descartamos.
Pero volviendo a la hipótesis. Pudiera ser que el agua balnearia le contaminara, pero no parece que se pudiera explicar con ella, a nivel cuantitativo, el alto índice de intoxicación encontrado en su cuerpo. No. Beethoven murió de plumbosis, pero ésta no fue hídrica. Queda descartada por tanto la hipótesis del agua de los balnearios ¿Entonces?
De los estudios de esa especie de “regla del tiempo” que les hablaba antes, y que nos informaba de los últimos días de una persona, se pudo saber algo realmente sorprendente. No me negaran que es como un capítulo de CSI: New York. (Continuará)
Otro tanto nos va a ocupar el misterio de su muerte. Porque mucho es lo que se ha especulado a lo largo de casi dos siglos, sobre sus posibles causas. Y ahora, en los albores del siglo XXI, estamos en condiciones de determinarla.
No lo mató ni el arsénico, ni la morfina, ni una hidropesía, ni tampoco una inflamación del hígado. Hoy sabemos que murió de saturnismo o plumbosis. Es decir, de envenenamiento por plomo (Pb) ¿Y cómo lo sabemos? ¿Cómo llegó dicho plomo a su organismo? ¿Es que alguien mató a Beethoven?
El análisis del ADN del cabello
Todo se ha podido averiguar tras analizar uno de sus rizos. Aunque Beethoven fue enterrado casi sin cabello (los admiradores se quedaron sus mechones como reliquia) alguno que otro entrecano, con vagos restos oscuros, se salvaron del expolio capilar y pudieron ser analizados. El análisis de su ADN.En este tipo de investigación los cabellos se comportan como si fueran “una especie de regla del tiempo”. Nos pueden dar una visión médica bastante completa de, hasta, los últimos cuatrocientos (400) días de la vida de una persona.
Así se pudo determinar que la intoxicación fue realizada con plomo, saturnismo, y que comenzó ciento once (111) días antes de la fecha de su fallecimiento en Viena, el 26 de marzo de 1827. Se estima que la alta concentración de plomo en su organismo, pudo haber sido unas cien (100) veces superior a la que hoy se considerable tolerable.
Aparte de los altos niveles de plomo, los análisis no encontraron ni el menor de los rastros de sustancias como arsénico, mercurio u opiáceos en el cuerpo del compositor. Así que asunto zanjado. La cuestión ahora es saber cómo llegó allí y en tan elevada cantidad.
Danubio azul
No se sabía con certeza la causa de tan masiva ingesta de plomo. Si bien existían numerosas hipótesis, bastante curiosas por cierto. Una de ellas apunta que Beethoven murió por comer pescado, pescado contaminado. Es la primera hipótesis, la llamaremos la del Danubio Azul.Al parecer Beethoven solía tomar frecuentemente tencas y lucios, dos pescados de ríos que ya por aquella época, comienzos del siglo XIX, estaban fuertemente contaminados. Dicho de otra forma: el músico pudo ser una de las primeras victimas conocidas de la revolución industrial. Y que si el Danubio era azul, lo era por la tonalidad plúmbea de sus aguas. Azul plomo.
El factor en contra que tiene esta hipótesis es fácil de ver. Si hubiera existido dicho exceso de plomo en las aguas fluviales vienesas, tendrían que haber quedado testimonios escritos en los anales de la época, de otras intoxicaciones sufridas por el resto de la población. Unos documentos que no existen, ni a lo largo del siglo XVIII ni del XIX. Por lo que la descartamos.
El agua de los balnearios
Hay otra hipótesis relacionada también con el agua como vehículo de la intoxicación. Se sabe que Beethoven pasaba largas temporadas en balnearios, para reponerse de sus múltiples dolencias. Y es más que posible que en ellos bebiera y se bañara en aguas contaminadas por el plomo. No hay que pasar por alto lo frecuente que era en esa época, adjudicar propiedades curativas y salutíferas a las aguas de todos los manantiales. Algo que por desgracia no suele ser siempre así.Pero volviendo a la hipótesis. Pudiera ser que el agua balnearia le contaminara, pero no parece que se pudiera explicar con ella, a nivel cuantitativo, el alto índice de intoxicación encontrado en su cuerpo. No. Beethoven murió de plumbosis, pero ésta no fue hídrica. Queda descartada por tanto la hipótesis del agua de los balnearios ¿Entonces?
De los estudios de esa especie de “regla del tiempo” que les hablaba antes, y que nos informaba de los últimos días de una persona, se pudo saber algo realmente sorprendente. No me negaran que es como un capítulo de CSI: New York. (Continuará)
¿donde están las citas que pone al comienzo del blog?
ResponderEliminarMe gustaría tenerlas