miércoles, 1 de abril de 2009

¿Por qué este mes se llama abril?


En principio, el origen del nombre de este mes, cuarto del año en el Calendario Gregoriano y con 30 días en su haber, no se conoce exactamente.

Unos lo relacionan con el verbo latino aperire ‘abrir’, de la supuesta forma aperilis, y asociado al hecho de que es en este mes, cuando empiezan a abrirse las flores. El gran poeta Ovidio se unió a esta idea que, no obstante, carece de un fundamento etimológico que lo sustente. De hecho era llamado Aprilis.


También se ha propuesto como posible origen, el término griego aphrós que significa espuma. Este mes estaba dedicado a la diosa Venus que, como sabemos, nació de la espuma y cuyo nombre en griego, Aphrodíte, lleva dentro la palabra afros, es decir, espuma. Pero tampoco hay sustento etimológico para esta hipótesis.

En definitiva el origen de la palabra abril se ignora. Algo que no podemos decir de dos sucedidos de la pasada semana, relacionados supuestamente con el ahorro energético, la contaminación en el planeta y nuestra propia salud física y psicológica.

Uno de ellos es conocido, un poco pretensiosamente quizás, como la Hora del Planeta, y nació con la pretensión de meterle la marcha atrás al cambio climático. Quiere conseguirlo convocando cada año, un apagón mundial de una hora. Y nació en el 2007, ésta es su tercera edición, si las cuentas no me fallan.

Y el otro, el otro sucedido, no tiene ningún nombre pretencioso. Lo conocemos como el cambio de hora, y pretende ahorrar energía. Plantea un doble cambio de hora a lo largo del año; tener un horario de invierno y otro de verano.

Y su origen se remonta a muchos años atrás; de hecho el embrión de la idea acaba de cumplir su 225 aniversario, lo que no está nada mal.

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