Le supongo al tanto del experimento. Si une Coca Cola con Mentos obtendrá un magnífico géiser de algunos metros de altura. Es cierto, créame. No se trata de una leyenda urbana.
Además, resulta muy fácil de comprobar aunque, eso sí, hay que tomar algunas medidas precautorias.
Para llevarla a cabo necesita cuatro o cinco Mentos, ya saben los caramelos, y una botella de Coca Cola Light de 2 L. Nada más. Introduzca las pastillas en la botella y, sin agitar ni nada, al instante, tenga cuidado y aléjese, tendrá un magnífico espectáculo ante sus ojos.
Por si no lo tiene claro vea primero este vídeo.
No parece estar claro, aunque todo hace indicar que la transformación que tiene lugar es más bien un cambio físico.
Como sabemos, cuando agitamos una lata o botella cerrada de refresco, y la abrimos, el gas dióxido de carbono, CO2 (g), se libera arrastrando con sus burbujas a parte del líquido. Del líquido y de todo lo que esté unido a él.
El motivo de que el líquido salga es porque las moléculas de agua del refresco se adhieren alrededor de las burbujas de dióxido de carbono, atrayéndose además fuertemente entre ellas. Una atracción que termina originando una especie de capa o envoltura acuosa en cada burbuja, que impide que se expanda.
De modo que para que se forme una nueva burbuja, o se expanda alguna ya formada, se necesita que las moléculas de agua se separen entre ellas, o lo que es lo mismo, eliminar la tensión superficial del líquido. Y aquí viene el momento Mentos.
Por supuesto el hecho de que hagamos que los caramelos bajen hasta el fondo de la botella, y que ésta tenga una boca estrecha, justifican la espectacular presión a la que salen gas y líquido. Ni que decir tiene que la Coca Cola no tiene que ser light.
La única razón de emplear este tipo de soda estriba en que las manchas que deja en la ropa, son más fáciles de limpiar. Aunque también parece ser que el tipo de edulcorante que lleva, favorece el proceso de arrastre. De este punto no les puedo decir más.
Pero sí aclararles que tampoco es necesario utilizar esa soda. El experimento funciona con cualquier bebida carbonatada. Al fin y al cabo, básicamente, es agua, azúcar y dióxido de carbono, que es lo que provoca las burbujas en el líquido.
Además, resulta muy fácil de comprobar aunque, eso sí, hay que tomar algunas medidas precautorias.
Para llevarla a cabo necesita cuatro o cinco Mentos, ya saben los caramelos, y una botella de Coca Cola Light de 2 L. Nada más. Introduzca las pastillas en la botella y, sin agitar ni nada, al instante, tenga cuidado y aléjese, tendrá un magnífico espectáculo ante sus ojos.
Por si no lo tiene claro vea primero este vídeo.
¿Física o Química?
En su explicación existe división de opiniones. Mientras unos consideran que se produce una transformación química o reacción, otros piensan que se trata de una transformación física o cambio.No parece estar claro, aunque todo hace indicar que la transformación que tiene lugar es más bien un cambio físico.
Como sabemos, cuando agitamos una lata o botella cerrada de refresco, y la abrimos, el gas dióxido de carbono, CO2 (g), se libera arrastrando con sus burbujas a parte del líquido. Del líquido y de todo lo que esté unido a él.
El motivo de que el líquido salga es porque las moléculas de agua del refresco se adhieren alrededor de las burbujas de dióxido de carbono, atrayéndose además fuertemente entre ellas. Una atracción que termina originando una especie de capa o envoltura acuosa en cada burbuja, que impide que se expanda.
De modo que para que se forme una nueva burbuja, o se expanda alguna ya formada, se necesita que las moléculas de agua se separen entre ellas, o lo que es lo mismo, eliminar la tensión superficial del líquido. Y aquí viene el momento Mentos.
El momento Mentos y el papel de la Coca Cola
Los caramelos juegan un doble papel. De un lado la gelatina y la goma arábiga, de la que están hechos, rompen esta tensión superficial, disolviendo los enlaces del agua y permitiendo la expansión de las burbujas. De otro, como las pastillas de Mentos tienen pequeños orificios, en ellos se favorece la formación de burbujitas. Así que dos en uno.Por supuesto el hecho de que hagamos que los caramelos bajen hasta el fondo de la botella, y que ésta tenga una boca estrecha, justifican la espectacular presión a la que salen gas y líquido. Ni que decir tiene que la Coca Cola no tiene que ser light.
La única razón de emplear este tipo de soda estriba en que las manchas que deja en la ropa, son más fáciles de limpiar. Aunque también parece ser que el tipo de edulcorante que lleva, favorece el proceso de arrastre. De este punto no les puedo decir más.
Pero sí aclararles que tampoco es necesario utilizar esa soda. El experimento funciona con cualquier bebida carbonatada. Al fin y al cabo, básicamente, es agua, azúcar y dióxido de carbono, que es lo que provoca las burbujas en el líquido.
Un experimento espectacular
Si bien existen muchos vídeos al respecto, me ha llamado la atención uno realizado por dos estadounidenses. Consiguen una increíble coreografía que se asemeja de alguna forma, a las fuentes de Bellagio en Las Vegas (EEUU). Emplean 101 botellas y 523 pastillas. Dura 10 minutos. Aunque hay otros. Les dejo con uno. Disfruten.
este si que es bueno
ResponderEliminarHe de comentar que yo lo he intentado con cocacola NO light y no ha ocurrido casi nada.. mas que un pequeño burbujeo.
ResponderEliminarYo pienso que por alguna razon debe ser light... o quizas yo lo hice mal quien sabe xD
Creo q fue una buena explicacion pero tengo el temor de q no funcione si no es coca cola light
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