A Laika, los estadounidenses, sabedores de su dudoso pedigrí y temerosos de la repercusión mundial de su vuelo orbital, la rebautizaron Muttnik (de perro callejero).
Se ve que como no podían con sus dueños, pues se metían con ella. Por así minimizar lo que, a todas luces, no podía hacer otra cosa que maximizarse.
Pero bueno, ellos lo intentaron. Cosas de la política.
Ni que decir tiene que Laika se hizo famosa. El orgullo espacial soviético se reflejó en los monumentos que le levantaron y hasta en la colección de sellos de correos que se emitió.
Baste decir que llegó a ser más nombrada que la propia perrita Lassie, el collie de Hollywood. O sea que bien.
Aquí, en España, el conjunto Mecano le dedicó una canción homónima, en su LP Descanso dominical de 1987. Aprovechando el trigésimo aniversario del lanzamiento espacial para el suyo discográfico.
O el treintavo que diría el ministro. O sea que también bien.
La canción acababa diciendo:
y si hacemos caso a la leyenda
entonces tendremos que pensar
que en la tierra hay una perra menos
y en el cielo una estrella más.
entonces tendremos que pensar
que en la tierra hay una perra menos
y en el cielo una estrella más.
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