(Continuación) Una idea que hemos oído recientemente, algo modificada eso sí, en el terreno tenístico y versión familiar de las tres “c” de los Alcaraz, ya ve por dónde voy; en cualquier caso, y por los logros obtenidos en ambos, algo del todo necesario para promover la naturaleza integral de los aspectos cognitivos, afectivos y psicomotrices en el desarrollo.
Unos procesos de aprendizaje centrados en experimentar,
descubrir y explorar que complementarán una educación académica y personal de
excelencia, o esa es la idea subyacente de una educación popular que la
considera un proceso continuo y relevante para la vida del niño. “La
educación no es una preparación para la vida, es la vida misma”.
Uno de
los padres de la pedagogía moderna
Pestolazzi, al aplicar los ideales de la Ilustración al campo de la pedagogía se convirtió en uno de los padres de la educación suiza que, a su vez, está reconocida como una de las mejores del mundo tanto por sus métodos pedagógicos como por la calidad de sus instituciones. De entrada y gracias a él, el imperante analfabetismo suizo del siglo XVIII se superó hacia 1830 casi por completo.
Todo un logro social a cargo de un influyente educador
conocido tanto por su enfoque de la educación popular, se centró en los
niños con bajos recursos económicos, como por la reforma de la enseñanza
tradicional, creando métodos educativos que promovieran un aprendizaje más
activo y holístico.
Era el primer paso de su sueño que
aspiraba a la reforma de la sociedad a partir de una educación que propiciara
la formación integral del individuo, una visión docente más allá de la mera
impartición y transmisión de contenidos, que lo proveería de recursos para su
propia iniciativa y capacidad de observación.
Pestolazzi , un destacado e influyente pedagogo y educador suizo que dedicó las últimas décadas de su vida a reformar los enfoques educativos empleados por las escuelas y abogó por la inclusión de niños con bajos recursos en el currículo educativo. Un reformista que, desde los valores de la Ilustración, propuso que la educación podía ser usada para mejorar la calidad de vida de la sociedad en general y, por supuesto, las condiciones de vida materiales.
Un zuriqués que cuenta con
reconocimiento sevillano, en la fachada de un colegio ubicado en el arrabal de
poniente, y en formato de rótulo hecho con azulejos trianeros. “El fin
de la educación no es otro que ayudar al niño al desenvolvimiento de sus
potencialidades”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 07
de julio de 2025, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.




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