sábado, 23 de agosto de 2025

Una historia del benceno: Entre Faraday y Liebig

(Continuación) Aunque controvertido y rechazado al principio, el concepto de una estructura cíclica con tres dobles enlaces alternados, ideado inicialmente por Kekulé para el hidrocarburo aromático benceno, pronto se convirtió en la base teórica para entender, también, la estructura de todos los compuestos aromáticos.

De hecho, resultó ser de la mayor importancia para el desarrollo futuro de la ciencia química; ya le avisé del alcance del artillero tiro artillero por elevación del químico alemán.

Chemical Manipulation, 1827

Visto con la perspectiva que da el paso del tiempo, podemos afirmar lo lejos que estuvo Faraday de sospechar que con el benceno había dado con una hidra, solo que ésta científica, un monstruo también de muchas cabezas tan fascinante y peligroso como la mitológica Hidra de Lerna.

Por cierto, un par de años después de su descubrimiento, el prolífico británico y como fruto de sus investigaciones químicas, publicaba Chemical Manipulation, un libro de texto diferente a todo lo demás existente, al estar destinado a personas interesadas o estudiantes sin conocimientos previos en la materia.

Un manual cuyo contenido estaba centrado en algunos experimentos químicos, pero sin entrar en las descripciones meramente teóricas tan frecuentes en los libros especializados de la época; una especie de conjunto de instrucciones sobre cómo realizar manipulaciones laborantes de investigación o demostración, con precisión y éxito.

Como ya adelantamos el descubrimiento del benceno (1825) fue su último estudio de importancia en el campo de la química, dados sus otros intereses en electromagnetismo y electroquímica que condujeron a los fenómenos, no menos importantes, de la inducción electromagnética, el diamagnetismo o la electrólisis.

Kekulé y la conferencia de Liebig

Como ocurre no pocas veces en la vida de los humanos, en la de August Kekulé la casualidad empezó a jugar un papel significativo cuando, estando ya matriculado para estudiar Arquitectura, asistió, ¿azar?, a una conferencia del químico alemán Justus von Liebig (1801-1873), considerado uno de los pioneros en el estudio de la química orgánica o, mejor dicho, del carbono.

Significativo porque al joven August, tanto el contenido de la charla como la pedagogía del conferenciante le resultaron de lo más inspiradores, hasta el punto de hacerle cambiar de estudios y dedicarse a la química.

Todo un punto de inflexión para el científico, y un cambio crucial para la disciplina, a tenor de lo que sabemos sobre su aportación teórica a la estructura del benceno. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

 

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