Esta entrada apareció publicada el 25 de julio de 2025, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Asociado popularmente a sinónimos como verano o estío, desde el punto de vista meteorológico este término alude a un evento climático que sucede durante la estación de verano, hemisferio norte, y se caracteriza por: ser el periodo estadísticamente más caluroso del año con temperaturas extremas (> 37 ºC), tener cielos despejados y escasas o nulas precipitaciones.
Un tiempo que en España suele abarcar
desde mediados de julio, algunos asocian sus inicios con el día 15, hasta
mediados de agosto, pongamos también el 15 si bien, dependiendo de la localidad se puede
alargar hasta dos semanas más, así que en total hablamos de unos 40 días.
A propósito del 15 de julio le apunto algunos detalles. Uno, además de ser la fecha del inicio canicular es también, desde el punto de vista meteorológico y de media estadística, la del día más soleado del año.
Dos, si bien la del solsticio, en torno al 21 de junio, marca el teórico momento con más horas de luz, el sol del mediodía está a la máxima altura posible sobre el horizonte, no por ello tiene que ser necesariamente el más luminoso en la práctica.
Tres,
aunque en estas fechas caniculares se suelen dar las jornadas más sofocantes
del calendario no por ello, siempre, se han de producir en ellas los picos de
temperaturas más extremas.
En lo que respecta al origen del término no parece haber dudas de su relación tanto con factores meteorológicos como astronómicos y así, desde el campo de la etimología, sabemos que deriva del latín canis que significa “perro” y hace referencia a la constelación Canis Maior (“Can Mayor” o “Canícula”) a la cual pertenece la estrella Sirio.
La más brillante del verano en el hemisferio norte y que, hace 5300 años, aparecía en el cielo coincidiendo con el inicio de los días meteorológicamente más tórridos, alrededor del 21 de junio, motivo por el que se le llamó ‘la abrasadora’.
Nuestros
antepasados pensaban preocupados que cuanto más brillara, más calor les esperaría
en los días siguientes, lo que tenía su importancia vital pues las elevadas
temperaturas eran y son causa de enfermedades como la peste. De ahí la
prevalencia a lo largo del tiempo del vocablo “canícula”.
Una coincidencia temporal de calor excesivo en la tierra y estrella brillante en el cielo, los ortos helíacos de Sirio y Canícula unidos al calor abrasivo en el hemisferio boreal, como causa del origen del término que, por motivos astronómicos, ya no se mantiene debido a la precesión del eje terrestre.
Una variación en la dirección de su rotación que ha ido retrasando en el
calendario la aparición estelar, si bien los días caniculares se siguen
produciendo en estas fechas; de ahí que, hoy en día, la meteorología lo emplee
para designar el periodo de temperaturas medias más altas del año.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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