miércoles, 20 de noviembre de 2024

DCPS. Callejón del Agua. Los ‘Elementos de la Naturaleza’: Influencias (1)

(Continuación) La existencia de un primer principio fue asumida por los filósofos posteriores, y el hecho de buscarlo de una forma racional, de extraerlo de una serie de observaciones y deducciones, es lo que le ha valido a Tales el título de “padre de la filosofía”.

Escuela de Mileto

Él, junto a Anaximandro, Anaxímenes y otros miembros destacados de la Escuela de Mileto o jónica- situada en la costa de la actual Turquía y cuna del pensamiento occidental- fueron los primeros en escribir los renglones iniciales de lo que terminó siendo la historia de la ciencia y la filosofía.

Ellos protagonizaron el paso del mito (mÿthos) a la razón (logos), señalando el comienzo de ambas disciplinas al prescindir de las explicaciones mitológicas y religiosas de los fenómenos, al buscar un principio que permitiera unificar la aparente diversidad que existe en la naturaleza; en otras palabras, buscaban la universalidad a través de la unicidad, lo que está bien pensado.

Le hablaba la semana pasada que cuatro elementos primordiales, únicos y distintos -asociados con el fuego, la tierra, el aire y el agua según cada filósofo que eran, a su entender, el principio natural de todo-, y ahora le digo que dichos conceptos no deben ser interpretados en sentido literal, sino como metáforas.

Unos elementos, “raíces de todas las cosas” Empédocles dixit, que se encuentran también en la Metafísica de Aristóteles, uno de los pocos filósofos que abarcó casi todos los campos del saber de su época, quien junto a los cuatro elementos añade otras tantas cualidades, una para cada uno y asociadas por antagonismo: húmedo y seco, caliente y frío. Aquí hay tema.

¿Cuatro o cinco elementos?, Aristóteles

Unos elementos sublunares a los que Aristóteles (384-322 a. C.), pensando en la perfección de los cuerpos celestes, el mundo supralunar donde las cosas no caen y están en circunferencial movimiento perpetuo, añadió un quinto elemento perfecto.

Uno llamado éter que con el tiempo devino en quintaesencia, sustrato que según él y Platón (427-347 a. C.), explicaba que el movimiento de las estrellas en el cielo esté vinculado a la rotación de la Tierra.

Una historia con intrahistoria, la del éter, y un modelo proto científico el de los presocráticos que visto con la perspectiva actual nos pueden parecer pueriles, pero, para muchas doctrinas antiguas en su momento fueron lo más de lo más.

No en vano justificaban los constituyentes básicos de la materia, sino que además explicaban el comportamiento del mundo físico, cosa que hicieron durante veinticinco siglos, que son muchos para el hombre, o sea que un respeto.

De hecho, estuvo vigente hasta que la ciencia moderna empezó a desentrañar los verdaderos elementos químicos, los cambios físicos y las reacciones químicas, es decir que perduró durante toda la Edad Media hasta el mismo Renacimiento, influyendo profundamente en la cultura y el pensamiento europeo. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 24 de junio de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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