(Continuación) Por cierto, Hermosilla, traumatólogo y cofrade fue el segundo presidente (1991-1995) que tuvo la Asociación ‘Nicolás Monardes’ que ya vino a estos predios hace unas semanas.
Otros
vínculos
Como sin duda se habrá percatado, en la costura de este
paño monardesco han quedado algunos flecos sueltos no carentes de interés, me
refiero entre otros a la Casa de Contratación de la que era cliente
habitual o a esa Cruz del Baratillo de la taurina calle Adriano.
Y cómo no la barreduela Azofaifo, donde el
jardín-huerto botánico del sevillano, equipado con un original laboratorio y
museo en el que preparaba los productos medicinales que aplicaba a sus
pacientes; además de la disciplinar calle Botánica o la aplicada calle
Herbolario.
Espero poder, a no mucho tardar, irlas hilvanando en este tejido científico-callejero periodístico, claro que por otro lado soy consciente de haber pespunteado sustancias químicas que bien merecen nuestra atención.
Es el caso del tabaco y su importante papel social
en la ciudad, habrá que volver sobre él; o del sassafrás, nombre que el
sevillano le puso en el siglo XVI, a la sustancia obtenida de la raíz o corteza
de un árbol llamado Sassafras albidum.
Adenda
bioquímica
O la zarzaparrilla americana, del género Smilax,
que gozaba de mayores propiedades salutíferas que la nuestra (Smilax
aspera), utilizada durante siglos en el Viejo Mundo como infusión diurética
y depurativa, remedio sudorífico para casos de enfermedades venéreas (como la
sífilis) y, otros remedios medicinales.
Sí, la americana es una predecesora de la zarzaparrilla de los “western” de los años setenta, que con algunas variantes los vaqueros consumían en el “saloon”, y de ella solo hay un paso para el archiconocido refresco de las dos letras “C”.
Claro que del sassafrás se obtiene el aceite de
safrol, producto principal para sintetizar la 3,4-metilendioxianfetamina,
de fórmula molecular C11H15NO2, también
conocida por las siglas MDMA o, más popularmente, éxtasis, cristal
o M.
Precaución
Sí, la droga empatógena que produce efectos emocionales
(euforia) y sociales (sociabilidad) perteneciente a las genéricamente llamadas
“anfetaminas” y que fue descubierta en 1912 por el químico alemán
Anton Köllisch (1888-1916).
Lo malo de la misma es que, unas décadas después, a partir de los setenta, se hizo popular en ciertos ambientes como droga psicotrópica con graves efectos fisiológicos -aumenta la actividad de los neurotransmisores dopamina, norepinefrina y especialmente de la serotonina en el cerebro-, que hicieron que se ilegalizara su fabricación y consumo, salvo en algunas excepciones científicas y médicas. (¿Continuará?)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 29
de abril de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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