lunes, 19 de agosto de 2024

DCPS. Monardes y la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, EEAH (y 2)

(Continuación) Pero dicho enriquecimiento no solo fue en el terreno profesional, también en el económico pues llegó a vender los derechos de la segunda edición por 400 000 maravedíes, una auténtica fortuna en la época, y es que, no en vano, su contribución a la farmacognosia fue más que relevante.

No ya por la forma de presentar los resultados de sus investigaciones, interesándose sobre todo por la aplicación terapéutica, al describir el producto, la manera de prepararlo, de administrarlo y sus usos curativos.

Sino porque llegó a crear medicamentos especializados, es decir, preparaciones farmacéuticas en fórmulas magistrales, presentadas en el mercado y destinadas al consumidor, tal y como fue su jarabe de zarzaparrilla. Otra forma de enriquecerse que, para más inri, no fue la última.

Leyenda negra profesional

No. Estos asuntos comerciales le permitieron vivir con comodidad e invertir en otros de los que nuestro hombre sacó grandes beneficios. Monardes -a pesar de que nunca estuvo en América, no hay constancia de ningún viaje suyo ni aparece en ningún listado de pasajeros-, estaba al tanto de las extraordinarias propiedades (culinarias, salutíferas, placenteras) de los productos de ultramar.

La información le llegaba a través de los pasajeros de las Indias, médicos que habían ejercido en aquellas tierras, funcionarios coloniales, soldados de fortuna, comerciantes, frailes o marineros que retornaban al Puerto de Sevilla.

Y vio su oportunidad y, de alguna manera, con ella un aspecto negativo que constituiría la leyenda negra de su biografía profesional, los claroscuros que le comentaba al principio.

Emprendió diversos negocios mercantiles, unos con éxito y otros no, cultivando diversas plantas americanas en su propio huerto y, en especial, los relacionados con el comercio: traía grana o cochinilla, para la elaboración de tintes de color carmín, cueros, productos medicinales y, sobre todo, esclavos.

Lo que no deja de sorprender pues en una de sus primeras obras critica el uso de plantas exóticas en la medicina, argumentando que, con el traslado y manipulación de las mismas, no se conservaban las propiedades originales.

Lo que en principio puede que no ande falto de lógica y razón, así como tampoco en el hecho de que cambiara de opinión con el tiempo, gracias a los descubrimientos que realizó sobre las mismas y que le hizo defenderlas a ultranza.

Un cambio al que no habría nada que objetar si este giro, ¿copernicano? de 180º, se hubiera debido a un cambio de actitud científica y no, como parece estar demostrado, a los enormes beneficios económicos que le reportó la venta de plantas americanas.

‘Historia Medicinal’ y EEAH

Por cierto, a escasos cinco minutos a pie de donde el azulejo jardinero, se encuentra la Escuela de Estudios Hispano-Americanos EEAH del CSIC, en la calle Alfonso XII 16 (41002), cuya biblioteca dispone de tres ejemplares de la obra principal de Monardes en diferentes ediciones, recuerdo una de 1574; cuatrocientos cincuenta años la contemplan. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 11 de marzo de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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