domingo, 7 de julio de 2024

DCPS. Isaac Newton y Universidad de Sevilla, US (y 2)

(Continuación) Mucho tiempo y energía que destinó a diversos estudios, entre ellos: la cronología de los reinos judíos o las profecías bíblicas, por ejemplo, calculó la fecha de la segunda venida de Cristo que, según él, no sería antes del 2060 por lo que aún estamos dentro de plazo, a saber quién estará aquí para entonces.

También se interesó por la estructura del templo de Salomón y, naturalmente, estudió a fondo la Biblia para demostrar que en el texto original no había referencia alguna a la Trinidad, ya sabe, uno de los dogmas cristianos que él consideraba falso. Es más, llegó a la convicción de que sólo Dios padre tenía naturaleza divina, y no Jesucristo ni el Espíritu Santo. Precaución.

¡Ah!, que no se me olvide, en su elevado afán, relacionó los estudios teológicos con los alquímicos llegando a la conclusión de que Moisés había sido alquimista. Caución. Bien, pero, ¿cómo casa su ciencia basada en mediciones y postulados de los fenómenos de la naturaleza, con su teología de lo natural?

Prontuario proto científico: Escritos teológicos newtonianos

Sí, la teológica es, junto a la alquímica, otra de las caras ocultas de Newton. Por lo que podemos inferir, para él ciencia y teología son cara y cruz de una misma y única moneda en la que Dios se revela, tanto en “el gran libro de la naturaleza” estudiado por la ciencia, como en la Biblia cuyo estudio compete a la teología.

Y en ambos subyace la presunción de una existencia divina establecedora de leyes inexorables e inamovibles para el mundo, por lo que eran inseparables método científico y credulidad religiosa

Una que nuestro protagonista llevó casi hasta el límite cuando, al ser preguntado por la paradoja de las estrellas fijas según la cual, si todos los cuerpos materiales se atraen, precisamente por su Ley de Gravitación Universal de 1687, ¿cómo es posible que hubiera estrellas que parecían estar fijas en el cielo, siendo también cuerpos materiales?

No está nada mal la pregunta, claro que la respuesta no le fue a la zaga y además, como no podía ser de otra forma, de naturaleza teológica: “Dios las mantiene en su sitio como un gigantesco atlante” ¿Qué me dice? 

Por mi parte la respuesta vendrá en la siguiente entrega relacionada con la universitaria institución del titular (US) que, en cierta manera, contiene unos vínculos newtonianos que quizás usted no se espere.

Le dejo por ahora. He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mí. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 29 de enero de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

 

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