lunes, 24 de junio de 2024

Tránsitos planetarios. Mercurio [CR-273]

[Esta entrada apareció publicada el 21 de junio de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

En astronomía, la primera expresión del titular hace referencia al paso de un planeta por delante del Sol, es decir entre la estrella y la Tierra, por lo que nosotros en nuestro sistema solar solo conocemos dos, correspondientes a los planetas interiores Mercurio y Venus, a los que vemos pasar por la superficie solar como un pequeño punto negro. 

Un evento astronómico previsible si bien no muy frecuente, pues es imprescindible que Sol, planeta interior y Tierra estén perfectamente alineados, una singular circunstancia espacial debido a la ligera inclinación existente entre las órbitas de los planetas.

Si lo piensa es un sucedido cósmico análogo a los eclipses solares causados por la Luna, con la diferencia de que las distancias y los tamaños aparentes planetarios hacen que estos solo puedan verse como un pequeño (o muy pequeño) punto que atraviesa la cara visible del Sol durante algunas horas. 

Ni que decir tiene las precauciones ineludibles que debemos tomar a la hora de observarlos: nada de mirar el Sol directamente; tampoco con métodos caseros, ya sabe uso de negativos, cristales ahumados, etcétera; y tres cuartos de lo mismo si usamos un telescopio o binocular que apunte directamente al Sol.

Siempre, en cualquiera de los casos, hay que utilizar la protección adecuada, unos filtros solares apropiados: gafas de eclipse para las personas y filtros solares para los aparatos ópticos. 

En general los tránsitos planetarios han tenido una importancia capital en la historia de la astronomía pues de las mediciones e interpretaciones derivadas de ellos se han realizado las primeras estimaciones científicas del tamaño solar, la distancia entre Tierra y Sol y, actualmente, de nuevas técnicas para la detección de planetas extrasolares, exoplanetas.

Una práctica que empezó a desarrollarse durante los siglos XVIII y XIX cuando se organizaron expediciones internacionales por todo el planeta para medir la duración de los tránsitos desde distintos puntos de la superficie terrestre y, a partir de estas medidas, determinar tamaño, distancia, etcétera. 

Por ejemplo de Mercurio, dada la pequeñez de su disco, el tránsito no es perceptible a simple vista (con gafas de eclipse) por lo que debemos obtener una imagen mayor y más nítida con un pequeño telescopio o unos prismáticos que proyecten la imagen sobre una pantalla blanca.

Los últimos cuatro tránsitos se produjeron el 7 de mayo de 2003, 8 de noviembre de 2006, 9 de mayo de 2016 y 11 de noviembre de 2019, y el próximo tendrá lugar el 13 de noviembre de 2032. A saber, quiénes estarán aquí para verlo, porque lo que es seguro es que suceder, sucederá, y durará una manita de horas, más o menos. ‘Cuando el sol se eclipsa para desaparecer, se ve mejor su grandeza’, Séneca, dixit. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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