(Continuación) Una especie de nueva vida después de la muerte, pues el ganadero se puede llevar las turmas o testículos del toro, que es lo que ocurrió va ahora para un mes en la plaza del Arenal sevillano, donde el criador jerezano Santiago Domecq pidió las turmas de “Tabarro”, el pasado 9 de abril, junto a las del boyante sexto.
Así es como se obtiene simiente
de los mejores toros para poderla utilizar tanto en casa, a título particular, como
para venderla a otros ganaderos interesados, incluso del otro lado del charco, allende
los mares.
Una forma artificial de que la genética de los buenos toros perdure en los encastes, de ahí que, aunque inicialmente piensen “me hubiera encantado llevarme el toro a casa” mientras lo arrastran, terminen con un “me conformaré con los testículos”. Un proceso que consta de varias fases.
La primera es la
extracción de los mismos que se lleva a cabo en la plaza, inmediatamente que el
astado haya llegado al desolladero muerto y que, naturalmente, exige una petición
de los ganaderos y la autorización del delegado gubernativo y de los
veterinarios de servicio de la plaza en cuestión.
Unos testículos,
cortados siempre con su piel, en cuyo interior se encuentran las turmas,
glándulas reproductivas, que se guardan en una bolsa limpia a fin de
preservarlos de cualquier tipo de contaminación y se introducen en un
contenedor de nitrógeno líquido, N2 (l), a una temperatura
de - 270 ºC y tratados con sustancias químicas para su conservación, hasta que pasen
a una clínica veterinaria.
En esta segunda fase se disecciona el epidídimo de donde se extrae la reserva de espermatozoides, un semen muy concentrado, y tras analizar su calidad se diluye, estabiliza y deposita en pajuelas, microtubos de plástico con tapón de diferentes volúmenes (0,25 a 0,59 ml) que se congelan para su uso posterior por el ganadero.
De un toro se pueden extraer aproximadamente entre 60 y 120 pajuelas, cuyo precio
depende de varios factores por lo que no entraré, pero que ya se imagina es alto,
muy alto, y no siempre el éxito está asegurado ni los resultados son tan buenos
como los de una inseminación por monta natural.
Lo que no impide que algunos
ganaderos pretendan con ellas fijar en su vacada los principales caracteres del
toro no indultado; se trata de una técnica relativamente novedosa y parece ser que
fue el criador gaditano Álvaro Domecq y Díez uno de los primeros en utilizar
esta fórmula reproductiva.
Es la fase final y tiene lugar ya en la ganadería cuando el ganadero lo estima oportuno ¡Ah!, la extracción y tratamiento post mortem de los testículos y el semen de “Tabarro” corrió a cargo del veterinario Manuel Ruiz 'Manili', sí, hijo del matador conocido como el ‘Tigre de Cantillana’. Ya ve.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
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sobre ellas.
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