Hace un par de semanas me llegaba el comentario de más arriba, a raíz de un grafiti de hace unos veranos, y por supuesto que encantado me pongo manos a la obra sobre este curioso término que bien ejemplifica, no a las supuestamente deseables matemáticas divertidas, sino a las realmente deseables matemáticas interesantes.
Digo esto porque soy
de la opinión que las ciencias no tienen por qué ser necesariamente lo primero,
pero sí ineludiblemente lo segundo; y lo pueden ser tanto por su origen, por su
significado y, naturalmente, por su relevancia. Hasta el infinito y más allá…
Origen del gúgol: concepto y nombre
Como concepto surgió en
1920 con la intención divulgadora de explicar lo que de ingente tiene el infinito
(∞) a través de un número tan, tan, grande que fuera inimaginable para
el hombre pero que, aun así, no se llegara ni siquiera a acercar a él.
Su creador fue el matemático estadounidense Edward Kasner (1878-1956), especializado en la geometría diferencial del espacio euclídeo, que llegó a ser profesor emérito del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Columbia, el primer judío en lograr ese honor en la sección de ciencias de dicha institución.
Y al parecer, se
cuenta que cierto día, mientras paseaba por New Jersey Palisades en compañía de
sus sobrinos Milton y Edwin Sirotta, les pidió que se inventaran
un nombre para un número muy grande; un 1 seguido de muchos, muchos, 0, a saber,
de cien 0. Un nombre que, eso sí, tuviera muchas “o” en representación de los “0”.
Y todo apunta a que fue
Milton de 9 años quien sugirió gúgol, en inglés ‘googol’, si bien parece
ser que hay discrepancias en torno a la fecha en la que se produjo dicha
conversación, pues mientras para unos es de principios de 1920 otros la sitúan
a finales de 1930. A saber.
Divulgación. Conferencia, 1937
Tampoco es que esa fecha aporte mucho al caso que nos trae, a diferencia de otras dos quizás más significativas. La primera es de 1937, año en el que a lo largo de una conferencia y a propósito de dicho número el matemático afirmó:
“La mayoría de la gente diría, 'Es tan grande que es infinito; tan
grande que no puedes nombrarlo ni hablar de él'”; a lo que añadió, “Por lo tanto, hablaré de él. Les diré exactamente
qué es”, toda una declaración de intenciones.
Y que claro que lo dijo, nadie como él para
hacerlo pues no en vano llevaba tiempo investigando cómo explicar conceptos
matemáticos complejos a un público no especializado, y así despertar el interés
general por esta ciencia. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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