(Continuación) Por tanto, es ella la que resulta crucial para explicar el clima de nuestro planeta, al establecer las estaciones en cada una de las cuales la región del planeta que está iluminada por la radiación solar es diferente.
De hecho si el ángulo fuera menor o no existiera dicha
inclinación las estaciones no serían tan marcadas, no existirían entre ellas
unos cambios de temperatura tan acusados y el clima sería mucho más uniforme,
lo que sin duda habría afectado a la evolución de nuestro planeta.
Sin ir más lejos, en nuestro Sistema Solar tenemos
planetas sin prácticamente variaciones climáticas, por ejemplo, en Venus
y Júpiter donde, debido a su pequeña inclinación (~ 3º), las estaciones
son muy difíciles de diferenciar.
Opinión
docente prescindible
Luego la inclinación con la que nos llegan los rayos solares es la responsable de la existencia de estaciones y de que sintamos frío o calor, independiente de la distancia a la que estemos del Sol ¿Y de dónde nos viene entonces ese conocimiento erróneo?
Vaya por delante que esto que le voy a decir es sólo una
opinión, una en particular, la mía para ser más concreto, una apreciación más
intuida por mi experiencia profesional que demostrada científicamente.
Tengo para mí que dicha confusión nos viene de las
ilustraciones que acompañan los textos de los libros de ciencias, donde es
frecuente ver dibujada la órbita de nuestro planeta como una elipse de gran
excentricidad, es decir muy pronunciada, con el Sol en unos de sus focos. Un
detalle didascálico que quizás convenga cuidar.
Ya metidos en harina pedagógica, de la perpendicularidad de los rayos solares durante el verano, tenemos una prueba empírica cada día: es fácil comprobar cómo a mediodía, en esta estación, nuestra sombra se esconde bajo nuestro cuerpo, algo que no ocurre durante el invierno cuando no es raro que, incluso a mediodía ya proyectemos una sombra alargada, prueba de la inclinación con la que nos llegan los rayos solares.
Unas estaciones por cierto que, como las demás, se
inician cada tres meses y por dos veces, sí como lo lee, por dos veces, porque
hay dos tipos de estaciones.
Estaciones
astronómicas y estaciones meteorológicas
Resulta que el hombre maneja dos clases de estaciones
según sus intereses: una, en la que los cambios estacionales vienen
determinados por la posición de la Tierra con respecto al Sol, equinoccios
y solsticios, las ya comentadas estaciones astronómicas utilizadas en astronomía
y metrología. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue
publicado el 06 de noviembre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA,
del diario digital Sevilla Actualidad.
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