[Esta entrada apareció publicada el 02 de febrero de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
(Continuación) Shaun es un joven cirujano residente que padece autismo y síndrome de Savant, “síndrome del sabio”, una enfermedad que le origina problemas para relacionarse con los demás, pero que a su vez le dota de habilidades mentales extraordinarias como una prodigiosa memoria fotográfica. Pues bien, en su “sabio” parecer, el extremo del papel higiénico debe asomar por encima, ‘ergo’.
En otro orden de asuntos me sorprende esta peculiar
preocupación de algunos seres humanos por la disposición espacial de tan
familiar e imprescindible objeto de higiene cuando, aún a mediados de la
tercera década del siglo XXI, su uso sólo está al alcance del 25% de la
población mundial; no, no siempre progreso supone avance para todos.
Pero a lo que vamos, ¿cómo se debe colocar el papel?, la cuestión es de tal calado que la misma ciencia ha cogido el rollo por los extremos, la ha investigado y, a las anteriores razones de comodidad y economía, ha añadido la de higiene. A nadie escapa que en la mayor parte de las superficies de un baño se encuentran numerosas bacterias de heces humanas, una fuente de intoxicación al pasar fácilmente de dichas superficies a las manos y a cualquier otro lugar que se toque.
Una investigación realizada por un equipo
de científicos de la estadounidense Universidad de Colorado, dirigida por el
doctor en biología Gilberto Flores y publicada en 2011 (‘Microbial
Biogeography of Public Restroom Surfaces’), analizó docenas de baños públicos
encontrando hasta diecinueve grupos de bacterias diferentes, especialmente en
azulejos, puertas, manija y otras superficies del inodoro donde abundaban Lactobacillus
y Escherichia coli.
Unas cepas que se transmiten a cualquier otro lugar, al tocar dichas zonas contaminadas, por ejemplo, al usar el rollo higiénico, ya sabe, una situación en la que quizás sea cuando más bacterias tengamos cerca de las manos y, no lo olvidemos, el rollo es más fácil de manejar si el extremo cuelga por encima, pues así los dedos solo tocarán la porción que se va a utilizar y sin que entren en contacto con la pared; en definitiva, que las bacterias se propagarán menos.
Luego la forma de colocar el rollo importa,
no solo se evita en la medida de lo posible contaminarnos, al tocar en un lugar
donde ya lo hizo otro que no tuvo cuidado, sino que no se transmitirá a otra
persona que toque donde ya se ha tocado antes. Y el hecho de tenerlo colgando
por encima evita que nuestros dedos entren en contacto con la pared y el resto
del rollo, reduciendo la posibilidad de contagio.
Y de un personaje “savant” televisivo a otro eidético, ‘Los amigos son como el papel higiénico, es bueno tener extras bajo el fregadero’, Sheldon Cooper.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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