(Continuación) Y con él ardieron en la pira, las pocas copias que se salvaron de su Christianismi Restitutio tras su publicación, bueno al parecer se salvaron tres, una de la cuales llegó a Leibnitz y, por mediación de él, a Voltaire y Locke. Algo es algo, y más que nada.
Una
aportación científica que pasó desapercibida
En puridad hay que hacer algunas puntualizaciones al
papel que como científico jugó en la exposición y divulgación de la circulación
pulmonar humana.
Para empezar, es un grave error adjudicarle su
descubrimiento, lo más probable es que su trabajo lo basara en los estudios
previos del médico sirio musulmán Ibn Nafis (1213-1288), que sí fue el
primero en hacerlo, trescientos años antes, junto con la postulación de la
existencia de redes capilares.
Es más, ni siquiera fue el primero en describir la circulación menor en su época, de hecho, está constatado que la idea ya estaba en el ambiente médico tanto en París como en Bolonia y Roma desde hacía años. O sea.
Pero, aunque lo hubiera sido, que no fue el caso, de poco
habría servido dado que dicho conocimiento no estaba incluido en un libro de
fisiología sino de teología, por lo que pasó del todo inadvertido además de,
para más inri, ser un volumen perseguido, quemado y del que quedaron poquísimos
ejemplares tras el trabajo exterminador de Calvino.
No, siempre ha sido algo inadecuada este tipo de asociación científica entre Servet y la circulación menor, dado que la información sobre la misma fue quemada junto con la teológica, y su conocimiento fue olvidado hasta que el médico inglés William Harvey (1578-1657) la publicara, setenta y cinco años después, en su obra De Motu Cordis,1628. O sea que.
Un
hombre del Renacimiento
En cierto modo podemos decir que Servet fue un
notable científico, aunque dicho esto en términos limitados -en realidad solo
para la historia de la medicina y, eso sí, sin ningún tipo de relevancia
científica en ella, ni siquiera en su época-.
Destacar el puesto de ayudante de disección que hereda en
la Universidad de París del famoso anatomista Andrés Vesalio
(1514-1564), considerado el padre de la anatomía moderna, y de su obra,
prácticamente desconocida, solo un escrito sobre jarabes que alcanzó seis
ediciones junto a alguna que otra polémica, ya conoce al personaje.
No obstante, la primera mitad del siglo XVI que le tocó
vivir fue el tiempo en el que se asentaron las bases de lo que hoy conocemos
como la Revolución Científica Moderna y por tanto, en ese sentido, él es
un humanista total.
Estudioso de diversas ciencias (anatomía, astronomía, matemáticas, física, meteorología, geografía, medicina, jurisprudencia), dominador de varios idiomas, además de teólogo, experto en la Biblia, profesor de matemáticas y astronomía (o astrología), médico, anatomista condiscípulo de Vesalio.
En mi más que prescindible opinión, la importancia de “Revés”
no radica en su medicina, sino en su teología y en defensa de la libertad. ‘Cada
cual es como Dios lo ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace’. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue
publicado el 02 de octubre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA,
del diario digital Sevilla Actualidad.
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