(Continuación) Ya de la que va, antes de continuar y por si no se lo comenté, el color de las nubes varía en función de su densidad: si ésta es baja dispersan buena parte de la luz visible que les llega por lo que las percibimos de color blanco; mientras que si son densas disminuye la dispersión lumínica y las vemos de color gris o incluso negras, señal inequívoca de que va a llover.
Y yendo a lo que hoy nos trae, la
niebla, es probable que recuerde que ya ha sido mencionada
en esta saga meteorológica y odorífica que arrancamos, va ya para un mes, a
partir de una greguería -creada por el escritor gato Gómez de la Serna a comienzos
del siglo pasado, en relación con las nubes-, y la ocurrencia contable de
alguien que recordar no quiero, que la plagió burdamente sin más.
¿Qué es la niebla?
De manera coloquial y tirando de diccionario todos la concebimos como nubes muy bajas, cerca o a nivel del suelo, que dificultan la visión según la concentración de gotas de agua, de pequeño volumen, en suspensión que la forman.
La Organización
Meteorológica Mundial (OMM) define la niebla atmosférica como la suspensión de gotas
pequeñas de agua en el aire, casi siempre microscópicas, que reduce la
visibilidad horizontal en la superficie terrestre a menos de 1 km.
Un fenómeno meteorológico
referido a la condensación de la humedad del aire, pero todavía en suspensión, en forma de
gotas de agua que no son lo suficientemente grandes como para que la fuerza de
la gravedad terrestre las haga precipitarse, como ocurre con la lluvia.
Unos bancos de niebla que se forman de la misma manera que cualquier otro tipo de nubes, son nubes estratiformes que se producen al evaporarse la humedad del suelo y que puede proceder del vapor de agua expelido por la vegetación o por masas de agua dulce o salada, ríos, arroyos, charcos, etcétera.
Es como una nube a ras de suelo
pero cuya formación necesita de cierta estabilidad atmosférica cerca del mismo
que, junto a una capa de inversión térmica impiden que la masa de aire húmedo y
sus gotitas de agua asciendan o se disipen.
Una masa de aire frío originado
por un suelo muy, muy, frío en las zonas bajas o por las nubes orográficas en
las montañas cuya permanencia exige de: la ausencia de frentes, formación de
fenómenos de convección o aumento de temperatura que rompan dicha capa. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Gran informacion.
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