[Esta entrada apareció publicada el 08 de diciembre de 2023, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Archiconocida por todos, la solemos emplear cuando queremos evidenciar una explicación o deducción, y supuestamente la pronuncia el detective Sherlock Holmes, mientras transpira cierto aire de vanidad, y alude, claro, a su compañero de pesquisas, el pazguato doctor Watson. Pero lo cierto es que nunca fue escrita así por sir Arthur Conan Doyle y por tanto nunca aparece en labios de su personaje en ninguna de sus abundantes narraciones, jamás lo dice. Pero ni él ni nadie. Lo más parecido que podemos encontrar en sus novelas o historias cortas son, como mucho, partes de la misma. Me explico empezando por ‘Elemental’ y negando de ella la mayor, ya que nunca existió como tal a pesar de ser la más conocida, una ironía de la vida, pero qué quiere.
En una narración de la etapa final del escritor, ‘El jorobado’, Watson le pide ayuda a Holmes para resolver un problema; nada más llegar, le dice éste: “Ya veo que en este momento le da bastante trabajo su profesión”. “Sí, he tenido un día de mucha actividad. Aunque a usted le parezca muy tonto, la verdad es que no sé de dónde ha sacado esa deducción”. “Cuando su ronda de visita es corta, usted las hace a pie, y cuando es larga coge un coche de alquiler. Como estoy viendo que sus botas, aunque usadas, no están ni mucho menos sucias, no puedo dudar de que hoy ha estado lo suficientemente atareado para justificar el empleo de un coche de alquiler”. “¡Bien deducido!”. “Es elemental”. Eso dice y no “Elemental” que parece igual pero que no es lo mismo. De “Mi querido Watson” poco que añadir pues es cierta y aparece con cierta frecuencia, pero, eso sí, nunca unida a “Elemental”, y nada más que decir al respecto, es todo lo que hay, entonces, ¿de dónde viene la susodicha frase?
Por lo que he averiguado, su origen parece que es cinematográfico y apareció por primera vez en boca del actor británico Basil Rathbone, lo hizo en una serie de películas realizadas en Hollywood, allá por los años 30 y 40 del pasado siglo. Y hasta aquí he averiguado, aunque a última hora me ha llegado una nueva procedencia. Todo apunta a que se pronuncia por primera vez en la última escena del primer filme de Holmes de la era sonora, ‘The Return of Sherlock Holmes’ (1929), protagonizado por Clive Brook, así que estoy en una encrucijada informativa por lo que pido su ayuda para deshacer este entuerto holmesiense. En cualquier caso no hay la menor duda de que la frase forma parte de ese lugar común, conformado por elementos pertenecientes al campo de los “ni dijo eso”, “ni ocurrió aquí”, “ni fue él”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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