(Continuación) Algo que aproximadamente a los dos tercios de las personas les ocurría cuando habían repetido la palabra unas treinta (30) veces, y como se trata de un fenómeno opuesto al Dèjà Vu, pues consiste en hacer que algo que nos es conocido nos termine resultando desconocido, lo denominaron Jamais vu.
Parece ser que aquellas
personas que en la vida cotidiana son propensas a los déjà vu también lo son a
los jamais vu, aunque no es menos cierto que queda mucho por descubrir para
conocer el origen neurocientífico de estos fenómenos.
Naturalmente la entrega del premio va acompañada de un “enhorabuena y felicidades y felicidades y felicidades y
felicidades". Referencia:
The Induction of Jamais Vu in the Laboratory: Word
Alienation and Semantic Satiation.
Salud pública
Este Ig Nobel ha ido a parar a investigadores de Corea del Sur y Estados Unidos por, le cito textualmente, “controlar y analizar rápidamente las sustancias que excretan los seres humanos”. Para entendernos y hablando en plata se lo han entregado al urólogo Seung-min Park por inventar el ‘Stanford Toilet’, un modo peculiar de llamar a un inodoro cargado de tecnología, vamos, según dicen, un identificador tan único y completo como la misma huella dactilar, no le digo más.
Entre otras aplicaciones tecnológicas del “engendro”
se cuentan: una tira reactiva para análisis de orina; un sistema de
visión por ordenador para el análisis de la defecación; un sensor de huellas
anales con una cámara de identificación; y un enlace de comunicaciones, para
monitorear y analizar de forma rápida las sustancias que los humanos excretan.
Ni que decirle tengo que, además este inodoro inteligente
es autónomo y funciona mediante sensores de presión y movimiento; analiza la
orina del usuario con un ensayo colorimétrico estándar con los valores de
rojo–verde–azul a partir de imágenes de tiras de análisis de orina.
También calcula la tasa de flujo y el volumen de orina con un sistema de visión por ordenador como uroflujómetro; y clasifica las heces de acuerdo con la escala de forma de heces de Bristol usando un algoritmo de aprendizaje profundo, con un rendimiento comparable al de personal médico..
Por último, cada usuario del inodoro es identificado a
través de su huella digital y de las características distintivas de su anodermo,
“huella anal”, y los datos se almacenan y analizan de manera segura en un
servidor cifrado en la nube. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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