(Continuación) Y el final de la novela, otro de los archifamosos: “Dos lágrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano”. Sí, prácticamente, medio siglo antes que el concurso de telerrealidad.
7.- El señor de los anillos (Trilogía), 1954
Del polímata británico J. R. R. Tolkien (1892-1973) -autor de otras novelas célebres de fantasía heroica como El hobbit o El Silmarillion; la “anillera” es una obra ambientada en la ‘Tercera Edad’ transcurre en ‘La Tierra Media’ y este es su comienzo: “Cuando el señor Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado anunció que muy pronto celebraría su cumpleaños centésimo décimo primero con una fiesta de especial magnificencia, hubo muchos comentarios y excitación en Hobbiton”.
8.- El gran Gatsby, 1925
Del autor estadounidense F. Scott Fitzgerald (1896-1940), uno de los grandes del siglo XX y miembro de la ‘Generación Perdida’ de los años veinte. La novela gira en torno a un grupo de personajes de la ficticia ciudad de West Egg, en la próspera Long Island, durante el verano de 1922, por cierto, el mismo de la publicación del Ulysses de Joyce. Le dejo con su desesperanzador final.
“Gatsby creía en la luz
verde, el futuro orgiástico que año tras año retrocede ante nosotros. Se nos
escapa ahora, pero no importa, mañana correremos más, alargaremos más los
brazos y llegarán más lejos... Y una buena mañana... Así seguimos,
golpeándonos, barcas a contracorriente, devueltos sin cesar al pasado”.
Ya de la que va, le diré
que el final personal del propio Fitzgerald corrió
a la par que el literario de la novela, pues murió alcoholizado a los 44 años,
creyendo haber fracasado como hombre y escritor. Qué cosas.
9.- Ana Karenina,
1877
Del novelista ruso León Tolstói (1828-1910), ya vino en la primera entrega con Guerra y paz y como sabe es uno de los escritores más importantes de la literatura mundial y ésta es sin duda su obra más ambiciosa y trascendente.
Una novela de corte realista y
psicológico que describe con enorme agudeza la sociedad rusa de la época, a la
vez que plantea una feroz crítica hacia la aristocracia en declive, su falta de
valores y la cruel hipocresía imperante.
Le hablé de la injusticia
nobelera que se cometió con él durante la primera década del pasado siglo XX, y
doy por descontado que conoce su magnífico comienzo: “Todas las familias
dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera”.
Magnífico. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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