Ya sabe a qué me refiero, esa serie de números naturales dispuestos en una matriz cuadrada de forma que todas las filas, columnas y diagonales principales sumen siempre el mismo número, uno conocido como constante mágica; un requisito éste sine qua non no le podría acompañar el calificativo que le precede.
Por lo general se colocan números consecutivos comprendidos entre 1 y n2, siendo “n” el número de filas y columnas del cuadrado llamado también orden del cuadrado mágico.
Para algunos su aspecto recuerda a los actuales y
populares sudokus, inventados a finales de los años 70, si bien los
cuadrados mágicos tienen una historia mucho, mucho, más antigua.
Origen chino
Según reza cierta leyenda el Lo Shu, también se conoce así al cuadrado mágico, tiene un origen chino que data del tercer milenio antes de Cristo y está relacionado con un rio, una tortuga y un muchacho, se lo cuento en un pispás.
Resulta
que cierto día el rio se desbordó y la gente, temerosa por sus vidas y
propiedades empezó a hacerle ofrendas al dios del río, que se llamaba Lo, para así
calmar su ira, sin embargo, cada vez que lo hacían aparecía una tortuga que
rondaba la ofrenda sin aceptarla, y seguían las inundaciones.
Hasta que
un chico se dio cuenta de las peculiares marcas del caparazón de la tortuga y
aunque no está muy claro como lo hizo el caso es que supo la cantidad exacta de
ofrendas que el rio pedía y que resultó ser quince (15), ésa era su constante
mágica.
No me pregunte el orden del cuadrado tortuguero, ni la razón del valor de la constante, lo ignoro, el caso es el dios quedó complacido y el rio volvió a su cauce, o eso cuentan; ya, lo sé, no suena muy científico, pero qué quiere que le diga es una leyenda.
Una historia intercultural
Naturalmente
otras civilizaciones como la india, la egipcia, la árabe o la griega también
tuvieron conocimiento de estos cuadrados a los que les atribuían propiedades
místicas, mágicas o esotéricas, por otro lado, las únicas que tienen, que es
como decir ninguna.
Entiéndame,
se trata solo de numerología, una credulidad humana, una ocurrencia intelectual,
una ignorante pseudociencia. Trato de decirle que, hasta donde sabemos, no
tienen ninguna aplicación ni científica ni técnica conocida que se beneficie de
“su magia”, salvo claro, las asociadas al propio divertimento, la curiosidad y
al pensamiento matemático, que no es que sea poco.
Y así, a modo de pincelada, sepa que el cuadrado mágico aparece descrito 23 veces en la Biblia , a saber: dos en el Éxodo, 3 en Isaías y 18 en los Salmos. O sea. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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