(Continuación) Se trata de uno de los primeros escritos de Luis Buñuel (1900-1983), un cuento que lleva por título ‘Por qué no uso reloj’, un texto lleno de guiños divertidos a la teoría de la relatividad con descripciones alegórico-emblemáticas al tiempo, a modo de greguerías con aire gracianesco o quevediano, no sé si me explico y usted me entiende.
Un intento por incorporar la einsteniana y nueva concepción
temporal, es decir, un tiempo más “flexible” en plena interacción con un
espacio “activo” alejado del newtoniano; lo que viene a ser el continuo
espacio-tiempo con ambos conceptos y magnitudes inseparablemente relacionadas.
Influencia einsteniana
Pues en honor a la verdad hay que decir que se trata de un
asunto que provoca respuestas diferentes según el contexto donde se haga. Mientras
en los mentideros de la ciencia, como en el mundo de los toros, existe división
de opiniones, en la sociedad en general ocurrió todo lo contrario, como bien
reflejaron los artículos de prensa donde la opinión fue unánime.
El numeroso y popular público asistente a sus conferencias
no entendió nada en absoluto, y de lo que creyó entender nada o casi nada tenía
que ver con la relatividad. Es una situación que se muestra de manera
inequívoca tanto en los artículos de prensa, de los que ya hemos hecho algún apunte,
como en las divertidas viñetas alusivas a las mismas. Pero mejor, vayamos por
parte.
Einstein, relatividad y mundo científico
Una circunstancia que no ocurre a la hora de valorar el papel
que pudo jugar la visita de Einstein entre los científicos, pues mientras para
unos fue un signo del grado de desarrollo de nuestro país, para otros, fue en realidad
un recordatorio de todo lo contrario, de nuestro atraso en relación con Europa.
Por no mencionar que la relatividad no carecía de detractores en España.
(Continuará)
[*] Introduzcan
en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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