(Continuación) Por el historiador romano Plinio el Viejo, y a través de su Historia natural, sabemos de su alerta hacia el peligro que suponía la desforestación y, solo unos años después, el emperador Adriano denunciaba la desaparición del cedro, delimitando por ley zonas de prohibición de su tala.
Sin duda alguna los romanos tenían una cierta conciencia ecológica y ambiental, y eran conocedores de los riesgos que suponían fenómenos como la sobreexplotación, la contaminación o la superpoblación. Y tras lo expuesto, el siguiente apartado no puede tener otro titular.
¿Qué no
han hecho los romanos por nosotros?
Por no cansarle, sepa que conceptos y prácticas
supuestamente novedosas como sostenibilidad, reciclaje, eficiencia
energética, rehabilitación o conservación, por mencionar
algunas, ya eran conocidas por los romanos y algunas culturas anteriores.
En realidad, en una forma u otra, el hombre las lleva practicando desde que se pierde su memoria como especie humana, y son ellas y sus consecuencias las que nos han traído hasta aquí por un sinuoso camino de progreso que, cierto es, no siempre ha supuesto avance. Ha habido de todo como en la viña del Señor: luces y sombras, claros y oscuros, claroscuros.
Y por supuesto, a pesar de sus bondades para la
civilización, como bien sabe no impidieron la caída del Imperio Romano, para la
que existe cierto consenso en señalar tres causas, posibles y probables, tan
viejunas como el mismo hombre: corrupción del sistema, presión
demográfica de pueblos bárbaro y cambio climático.
Sí, el cambiante cambio del climático clima, una historia
de toda la vida del planeta. Fue precisamente una época de esas de mucho frío, que
hizo que los ríos se helaran y fuera más fácil cruzarlos, la que propició dicha
caída; como ocurre en la actualidad, antes, fuera del imperio hacía mucho frío.
Ya me entiende, a lo largo de la historia de la humanidad ha habido muchos tipos de imperios y muchas clases de fríos, y el caso es que, por aquellos entonces, todos querían ser romanos, hasta el mismo Atila, no le digo más. Sorprendentes romanos.
Día de
los Santos Inocentes
Por mi parte dejo aquí esta pequeña saga que echó a andar tres días de que acabara el Año del Señor de 2022, sí, el
mismo día que los cristianos conmemoramos el hagiográfico episodio
de la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea).
La que fue ordenada por el rey Herodes I el Grande
con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, una
historia sagrada truculenta donde las halla, ¿mito o realidad?, y una celebración
con grado de fiesta, dentro del rito romano de la Iglesia católica y que
se encuentra incluida en su calendario general. Lo dicho, ¿qué no han hecho los
romanos por nosotros? (¿Continuará?)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas
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