(Continuación) Porque, aunque en apariencia el programa nuclear español se iniciaba con visionarios y exclusivos fines de producción energética, ya lo adelantamos, los planes de las más altas instancias del franquismo tenían también en mente otro objetivo no menos visionario y exclusivo, conseguir armamento nuclear.
Un proyecto secretísimo…
Un doble objetivo que Velarde aceptó en su fondo, aun siendo consciente de
la titánica tarea que se le venía encima, pero no en la forma. Con muchos
esfuerzos de todo tipo, España podría entrar en el único y bélico club de las
naciones nucleares, sería la quinta nación tras Francia (1960), con capacidad
para crear al menos cinco (5) bombas en una primera etapa.
Pero sería imposible que lo hiciera en secreto. No falto de razón sabía que, cualquier actividad extraordinaria alrededor de nuestras instalaciones nucleares serían descubiertas e investigadas, bien por la CIA o bien por los servicios secretos británicos (MI5).
De hecho fue el
principal escéptico con este formalismo del proyecto y aunque tomó sus medidas
precautorias -los componentes de un equipo ignoraban lo que se hacía en otros
equipos o, incluso, no sabían cuál era el fin último de sus propias investigaciones-
se negó a marcar el proyecto como de “máximo secreto”.
Estaba convencido de
que una absoluta reserva sobre el mismo despertaría la curiosidad de la gente. No.
Era preferible que los documentos pareciesen unas simples cuartillas de
cálculos más, sin mayor importancia. Así
el proyecto tendría más posibilidades de escapar al radar del control internacional.
¿… y factible?
Estamos en 1964, el proyecto estaba preparado y en principio era realizable. Además contaba con el apoyo francés ya que el presidente De Gaulle, partidario de la independencia defensiva europea, consideraba del todo necesario que España dispusiese de armas nucleares.
No obstante el ejecutivo
temía que su ejecución, dado el enorme tamaño de construcción de su
infraestructura, alertara a la comunidad internacional, sin obviar que, aunque
asequible, el coste económico y el reto científico-técnico del proyecto era más
que considerable. Visto en perspectiva las posibilidades iniciales no parecían ser
muy prometedoras.
Pese a ello se mantuvo
vigente gracias al apoyo de Muñoz Grandes y Carrero Blanco, principalmente, aunque era evidente que la
consecución de una bomba nuclear tendría más obstáculos políticos que técnicos.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
¿De qué guarismo era ‘Islero’, el miura que mató a Manolete? Hoy es 28 de agosto.
ResponderEliminar¿Por qué habla de energía o bomba nuclear y no de energía o bomba atómica? ¿acaso no son equivalentes?
ResponderEliminarSí, mi profesor física los utilizaba como si fueran lo mismo. A la bomba se le llamó bomba A, de atómica, no bomba N de nuclear.
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