(Continuación) Y antes de la salida del Sol, al comienzo de la estación, serán visibles cinco planetas: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno que, conforme pasen los meses se irán desplazando por el cielo de modo que, al final de la estación, solo quedarán Venus, Júpiter y Marte brillando al amanecer.
En lo tocante al satélite, las noches de novilunio o luna nueva tendremos tres: la primera, el próximo 29 de julio, dándose las siguientes 29 o 30 días después, es decir el 27 de agosto y el 25 de septiembre. La primera luna llena o plenilunio del verano se dará el 13 de julio, siendo las siguientes 29 o 30 días después, o sea, el 12 de agosto y 10 de septiembre.
Acerca
de los cambios estacionales
A modo de prontuario recordar, en relación con estos
hechos, que:
1. Tanto equinoccios como solsticios se corresponden
con un momento singular que dura sólo un instante de tiempo, o sea que el
cambio astronómico de estación se produce repentinamente. Trato de decirle que
no son una fecha, ni duran un día entero, otra cosa es que acostumbremos a
llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese instante.
2. Por el contrario, el cambio meteorológico de estación no se produce de forma repentina. El doble y continuo movimiento de rotación y traslación terrestre, van haciendo que este cambio se produzca de forma gradual y constante, con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.
3. Los cambios estacionales son distintos para el
hemisferio norte y el hemisferio sur del planeta.
4. La fecha de comienzo de las estaciones oscila en un
periodo temporal de dos o tres días.
Otras observaciones: eclipses y meteoros
Durante este verano de 2022 no se producirá eclipse
de ningún tipo. A cambio, y aunque no dispongamos de ningún telescopio, es
posible observar las lluvias de meteoros que, de forma ocasional, se
producirán.
Las dos más intensas durante el estío son la delta
Acuáridas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 30 de julio, y la más
famosa del verano, la de las Perseidas, conocidas también como
las Lágrimas de San Lorenzo, cuyo máximo se da alrededor del 12
de agosto, una coincidencia espacio-temporal con la luminosidad del plenilunio
que, este año, hará más difícil su visión.
En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, posiblemente el verano es la época del año en la que más miradas se dirigen hacia el cielo, destacando la espectacular franja blanquecina que forma la Vía Láctea.
Una especie de banda blanca (Vía Láctea) que
representa el brillo combinado de los millones de estrellas que componen
nuestra galaxia y que, ciertamente, podemos ver durante el verano en
todo su esplendor cruzando el cielo de sur a norte; aunque no es menos cierto
que para distinguirla bien hace falta un cielo oscuro. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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