(Continuación) Es decir, una sincronización del variopinto comportamiento de un grupo social, gracias al contagioso bostezo cuya copia también pone al grupo en sincronía. Claro que también es posible la otra conjetura.
El contagio de los bostezos es simplemente un subproducto de la importancia que tiene copiar esas otras actividades, una secuela inevitable que aparece como consecuencia y acompañando a esas otras funciones, las realmente importantes como comer, la postura corporal o moverse. En fin.
¿Por qué es tan contagioso?: Empatía
Es otra de las teorías, que goza además de bastantes adeptos, la de la empatía, por la que el contagio del bostezo no sería una simple imitación sino más bien una capacidad para interpretar cómo sienten y se sienten otros individuos, un refuerzo pues de la empatía. Y naturalmente tiene diferentes estudios a su favor.
Para unos, la frecuencia del contagio del bostezo ayuda a establecer lazos de empatía entre los miembros del grupo que es mayor, primero, entre familiares, después entre amigos y por último con conocidos y desconocidos.
De modo que los bostezos son considerados un signo de solidaridad
con la persona que experimenta una sensación sea estrés, ansiedad, aburrimiento
o fatiga.
Sin embargo, otros estudios apuntan en otra dirección. La de que, al contagiarse el bostezo se activan circuitos cerebrales propios de la empatía, incluidas las famosas neuronas espejo, que actúan como un reflejo interno de los movimientos que se observan en los demás. Y en esas estamos.
Adenda
De ellas y del contagio del bostezo, añadir que las neuronas
son células motoras localizadas en la corteza premotora y el lóbulo parietal
inferior de nuestro cerebro. Ellas permiten a los animales establecer conexiones
y comprender sentimientos y, ni que decir tiene, juegan un papel importante en
la imitación, el aprendizaje y la empatía.
Del bostezo, pues qué quiere que le diga a estas alturas del blog, la simple intuición nos dice que si la evolución lo ha conservado durante miles de años, por algo será, alguna utilidad tendrá; otra cosa es que nosotros no la terminemos de encontrar y explicar.
Y de su capacidad de contagio, pues que a la fuerza ahorcan.
Bostezar parece ser un acto universal que ocurre durante toda la vida, desde el feto hasta la edad adulta, y que se da en
muchas especies de vertebrados.
Ver a otra persona bostezar basta para desencadenar
el reflejo sin que podamos resistirnos. De hecho es más que probable que usted haya
bostezado, y en más de una ocasión, mientras ha leído esta saga de artículos. Solo
espero que al menos no se haya aburrido. Le dejo con un vídeo. (¿Continuará?)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Muy completo y claro. Le felicito.
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