[Esta entrada apareció publicada el 04 de febrero de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
A nivel popular
sabemos de ella desde primeros de año cuando, en un hospital de Israel, se
detectó una paciente embarazada que manifestaba ambos cuadros y aparecía
publicado el 2 de enero en el diario ‘The Times of Israel’. A nivel
popular digo porque, esta infección conjunta, ya había sido advertida en España
en mayo de 2020 a nivel científico.
La revista ‘The Lancet’ lo recogía en una comunicación del Hospital Clinic de Barcelona, cuyos médicos la habían observado en cuatro pacientes. Aparecía citada en inglés, “COVID-19 and influenza coinfection”, que podemos traducir como “COVID-19 y coinfección de influenza” y, estoy con usted, se trata de una expresión algo larga y enrevesada para un uso popular. De ahí que su derrota, ante el más sincrético y sintético flurona, estuviera cantada.
Fueron las primeras
veces en ser detectada le decía, pero lo más probable es que hayan existido más
situaciones, de un doble patógeno infectando, no detectadas y, ni que decir
tiene, las seguirá habiendo. No le canso, hay mucho publicado acerca de su
sintomatología, capacidad de contagio, gravedad, etcétera, aunque sí me
gustaría hacer hincapié en un par de detalles.
El primero es relativo al uso correcto de términos como flurona, COVID-19 y gripe o influenza. Según el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), “flurona”, no designa a ninguna nueva enfermedad, sino a una situación epidémica; otra más de las no pocas que se conocen de infección mixta de dos enfermedades respiratorias contagiosas diferentes, que están causadas a su vez por dos virus distintos. Tampoco es el nombre de una nueva variante, no confundir con cepa, ni sinónimo del infame “deltacrón”. No debemos mezclar enfermedad, con virus, sus cepas y variantes.
El segundo afecta al
origen del neologismo. Se trata de una voz acuñada en inglés por acronimia, a
partir de influenza o gripe y coronavirus, en concreto de las formas ‘flu’ y
‘rona’, que no es que esté mal formada, no, no es eso: es que resulta fea, no
suena bien y, lo que es peor, existe otra igual de correcta que suena mejor:
coronagripe.
De “flurona”, por lo reciente que es, la RAE aconseja que se escriba en cursiva o entre comillas, si no dispone de ese tipo de letra, pero que si llega a asentarse se haga ya sin ningún destacado. Le dejo con Rusiñol, ‘Si no pudieran contar sus enfermedades, hay muchos que no estarían enfermos’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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