domingo, 2 de enero de 2022

“La verdad que”. Entre muletilla y latiguillo

Puede que la expresión del titular lleve ya entre nosotros un decenio o más y que contado así, a vuelatecla, podamos decir que empezó entre los futbolistas (“La verdad que hemos hecho un gran partido”, “la verdad que el árbitro no estuvo fino”, “la verdad que…”). Puede, por qué no, en principio no hay nada imposible en esta vida, ¿o sí?

Una muletilla más

Pero lo cierto es que no hay que indagar mucho para percatarse de que esta muletilla se ha extendido con el tiempo por otros contextos: el de los comentaristas deportivos, supongo que por mero mimetismo; el del mundo televisivo que llaman telebasura, entiéndase, mi querido universo ‘Sálvame’; y por otros profesionales de prestigio en actividades varias.

Un latiguillo que si bien no es de uso extendido en la lengua hablada en general, en dominios muy concretos, periodismo deportivo ya de la que va, y más específicamente, en las entrevistas radiofónicas y televisivas a jugadores, atletas, ciclistas, llama la atención por su proliferación.

Una sobreabundancia, el hablante no deja de utilizar la expresión, que solo contribuye al rito de la mera repetición, convirtiéndose así en uno de los rasgos más característicos de la expresión oral poco cuidada. Y de muestra un botón.

Latiguillo exculpatorio

En una entrevista de tres minutos a un futbolista de nuestra primera división, le llegué a contar hasta siete veces la locución ‘la verdad que’. Lo dejaré en la mención del pecado, obviando al pecador. Pero no me mal interprete. Si tras un partido a un futbolista, cuyo equipo ha ganado y él ha metido tres de los cinco goles, se le pregunta si se siente satisfecho, ¿qué quiere que conteste?

Vaya preguntita ¿Qué diría usted si le pusieran una alcachofa en la boca y quisiera ser cortés con el periodista, pero no resultar simple, vanidoso o presumido, que tan mal queda en público? Pues como nuestro hombre, tiraría de latiguillo exculpatorio y atenuador.

Porque lo cierto es que después de un contundente ‘la verdad que’, se puede mencionar casi cualquier tipo de mérito/demérito que se nos ocurra, sea individual o colectivo. Cualquiera créame, y seguro que no quedará mal, en absoluto.

No solo serán educados contestando, sino que la expresión de marra, al llevar implícito algo así como un “ya sé que, por humildad, no lo debo decir, pero usted me pregunta y debo contestarle sin farsas dobleces tapujos”, remediará lo que a continuación diga y ejemplos hay para hartar. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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