[Esta entrada apareció publicada el 03 de septiembre de 2021, en la
contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
En concreto tres de las más antiguas
creadas por el hombre desde que éste lo es. Me refiero a los cuerpos de
conocimientos que en la actualidad conocemos como astronomía, medicina y
matemática, de los que todo hace pensar que debieron surgir a lo largo de la
noche de los tiempos.
Hablando de noches, resulta emocionante imaginar a
nuestros antepasados, escrutando con estupor y miedo los cielos nocturnos, e
intentando adivinar qué eran esas luces que cambiaban de posición (planetas
y el Sol), o de posición y de configuración (la Luna y sus fases).
Una astronomía que surge cuando la humanidad deja de ser nómada y se
convierte en sedentaria, formando comunidades y civilizaciones que empiezan a mostrar
interés por los astros.
Desde
entonces, la que es primera ciencia observacional, se ha encargado de estudiarlos:
cuerpos celestes del universo; fenómenos astronómicos ligados a ellos y leyes
naturales que los rigen; origen, desarrollo y destino del cosmos, gracias a su
conjunción con la astrofísica, astroquímica, cosmología o astrobiología,
entre otras. El hecho de que los humanos, como cualquier otro ser
vivo, nos deterioremos con el paso del tiempo, enfermemos o tengamos accidentes
y, por mero instinto de supervivencia, queramos resolver, o al menos paliar, el
mayor número posible de estas situaciones, son una evidencia de nuestro interés
por la medicina. Entendida ésta como una ciencia de la salud dedicada a
la prevención, diagnóstico, pronóstico y tratamiento de nuestras enfermedades,
lesiones y problemas salutíferos.
Una actividad que de forma documentada se remonta 6000
años atrás, a las primeras civilizaciones humanas entre el Tigris y el
Éufrates, donde ya se hace una referencia a la praxis de los médicos. Por
último, la presencia en la terna de la matemática o las matemáticas
-entendida como ciencia deductiva que estudia las propiedades de los entes
abstractos, el DEL (2020) admite el mismo significado en singular o
plural-, viene de la mano del hecho de contar. Una acción que debió surgir de
manera espontánea, y son muestra de ello los huesos encontrados con decenas de
miles de años de antigüedad, en los que se ven muescas que revelan algún tipo
de cuentas. Y estará conmigo que contar supone, aunque sea de manera muy primigenia
o primaria, establecer ya un sistema de numeración, vamos de “hacer
matemática”.
El texto matemático más antiguo del que disponemos es la
babilónica ‘tablilla de barro Plimpton 322’ del 1900 a. C. Y ni que
decirle tengo que desde entonces seguimos así, pues todo lo que se da en la
naturaleza resulta difícil de entender y complicado de someter a sistemas
lógicos con capacidad predictiva. Vamos que no se trata de credulidades
y creencias, sino de ciencia, como quien dice, ‘la poesía de
la realidad’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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