(Continuación) Una particular fe según la cual diferentes especies de alienígenas inteligentes nos visitan -más o menos en secreto, para no asustarnos y en cierto modo cuidar de nosotros-, pero que él ha estudiado a fondo sin encontrar nada sólido en lo que basarse. Es el valor de la prueba que le falta.
Sin embargo, los extraterrestres vuelven a estar de moda, al menos en los EE UU, y este resurgimiento del fenómeno se puede deber a una suma de varios factores, de los que le traigo tres.
Una terna justificadora
De un lado está la pandemia motivada por el coronavirus SARS-CoV-2, cuyos condicionantes de confinamiento han aumentado
los casos de avistamientos de ciudadanos normales, de los de a pie de calle.
Parece lógico pensar que, debido a que la gente ha estado más en casa, ha tenido
más tiempo de mirar al cielo. Lo que puede ser.
Además, están algunas que otras declaraciones oficiales que han ayudado a alimentar el aparente misterio ufológico. Por citar uno, tenemos del de un exdirector de la CIA que el año pasado, al ser preguntado al respecto, contestó que responden a “algún tipo de fenómeno que es el resultado de algo que todavía no entendemos y que podría albergar algún tipo de actividad que alguien podría decir que constituye una diferente forma de vida”. En fin.
Y
por supuesto está el informe de marra del pasado junio emitido por el Pentágono,
acerca de los fanis o UAP, de los que le recuerdo los astrofísicos afirman no
hay ni una sola prueba de su existencia.
Y
ellos son científicos que no dejan de escrutar los cielos, o sea que saben de
lo que hablan, pues mire usted por donde, no han visto ninguno. No olvidemos
que entender los ovnis es un problema científico, y es así como debemos
tratarlo.
En busca de respuestas
No son pocos los exégetas que opinan que estamos ante un nuevo mito contemporáneo, un tipo de folklore típicamente estadounidense o mejor, para ser más exactos, anglosajón, que comenzó a finales de la década de los cuarenta enlazando con los inicios de la carrera espacial y el lanzamiento del ruso Sputnik.
Una
época en la que se cambian los fantasmagóricos duendes, espíritus y hadas del
siglo XIX, por los modernos extraterrestres espaciales, sabios y poderosos de
mediados del siglo XX, que vienen hasta aquí, ya sabe, con un propósito
benefactor para la humanidad.
Qué
le vamos a hacer, siempre hay quien prefiere los misterios a las explicaciones.
Pero lo cierto es que (casi) todos los avistamientos relatados responden a
causas naturales normales, aunque a veces éstas no sean fáciles de encontrar. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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