‘Y me pregunto por qué nacerá gente, si nacer o
morir es indiferente’; ‘Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y
no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer’; ‘Pero los
muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio’.
Una denuncia del abandono rural con la que se
adelanta al mito de la España vacía y vaciada, una especie de intuición intuida
sobre la marcha de los jóvenes y la permanencia sólo de los mayores. Esta cara
la cierra el retrato de ‘Tío Alberto’ y su curiosa y cuestionada
personalidad.
Todo un homenaje a Alberto Puig Palau, un ‘bon vivant’ de la Costa Brava y libérrimo antifranquista, relacionado con el mundo del espectáculo y del que el autor no nos aclara qué hizo para merecer la Orden de la Legión de Honor de la República Francesa. Total. Pero el disco contiene mucho más.
Canciones, cara B
Y en la segunda cara nos muestra 'Qué va a ser de
ti', un emotivo y bello tema social, una especie de pincelada existencial en
el que trata de la, por entonces, imposible emancipación de la mujer en la
sociedad. Una sensación que expresa a través del sentimiento de tristeza de un
padre, al contemplar la marcha de su hija en búsqueda de otros horizontes. La
vida misma.
Una letra reflejo de una
realidad palmaria, que ya había hecho con anterioridad en 'Poco antes de que
den las diez’ de 1968, y una canción que tuvo mucho éxito en su momento. No
obstante, y quizás por su propio mensaje supuestamente reaccionario, se trata
de una de las composiciones que peor hayan envejecido.
‘Lucía' es uno de los temas del álbum y una
de las canciones más versionadas de la música popular española que, con el
intimismo y melancolía que impregnan sus versos, nos ayudan a comprender el
amor, el sublime amor perdido de ‘Lucía’. Canción que viene seguida de una de
las más definitorias de Serrat, al hablarnos de su mentalidad itinerante, 'Vagabundear'.
Una especie de ensalzamiento de la vida errante, una
huida del estatismo y del sedentarismo, que con energía y rotundidad manifiesta
en forma de principios: ‘…Mi patria y mi guitarra las llevo en mí, una es
fuerte y es fiel, la otra un papel…’.
Completan esta cara B y el disco, la nana que es ‘Barquito
de papel’, una referencia a la infancia, una canción sobre la niñez perdida y añorada, que apela a todos y cada
uno de nosotros. Y lo cierra ‘Vencidos’, basado en un poema de León
Felipe que nos retrotrae a cuando Don
Quijote y Sancho Panza ven el mar en la playa de Barcino, nombre de la
Barcelona romana. Donde su aventura toca a su fin.
Unos versos en torno al caballero andante de Cervantes, que ejercen de metáfora para los otros viajes buscados por el cantante (Machado, Hernández, Neruda) y que bien plasma el desgarrador verso: ‘Hazme un sitio en tu montura / caballero derrotado / Hazme un sitio en tu montura / que yo también, voy cargado de amargura’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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