El mero azar ha hecho que quien prologó el anterior libro reseñado -‘Los científicos de Hitler. Historia de la Ahnenerbe’, el ensayista, novelista y poeta Diego Moldes (1977)-, sea el autor de esta juliana recomendación, que por otro lado enroco con cierto retraso. Es así porque este libro de ensayo, es del otoño de 2019, año del inicio pandémico de la infecciosa enfermedad COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Aunque le debe quedar claro que
el motivo de la demora solo es adjudicable a mis propias limitaciones y a nada más,
dicho lo cual, vamos a lo que me trae a estos predios para ver si le interesa su
contenido. Si nos fijamos en la evocadora primera parte del título del grueso ejemplar
(704 páginas) que tengo ante mí, ‘Cuando Einstein encontró a Kafka’, es como si nos trasladáramos a un sucedido histórico
espacio-temporal, que, conste, es del todo cierto.
En la primavera de 1911, ciento
diez años desde entonces, coincidieron de manera casual en Praga el físico relativista
judío alemán Albert Einstein
(1879-1955), con treinta y seis años, y un
joven abogado judío checo que escribía relatos en alemán, Franz Kafka (1883-1934) con veintiocho.
Y dado que, desde su llegada, el
físico fue invitado a las tertulias del Café Louvre, por aquel entonces el
centro intelectual de Praga, donde se escuchaba música y se discutía de casi todo,
conoció entre los asistentes a otros judíos de lengua alemana.
Como el filósofo israelí Hugo Bergmann (1883-1975), el escritor expresionista Franz Werfel (1890-1945), el matemático Georg Pick (1859-1942) que murió en un campo de concentración o, el filósofo y jurista checo Oskar Kraus (1872-1942).
Y naturalmente a Kafka, que de día
trabajaba en una compañía de seguros y por la noche escribía, y a su íntimo y leal
amigo, el escritor, compositor y periodista checoslovaco Max Brod (1884-1968), quien por cierto
utilizó la personalidad del físico para el personaje de Kepler, en su
novela ´La redención de Tycho Brahe', 1916.
Cierro esta presentación de conocidos
en Praga con la inclusión de un no judío, el escritor checo Karel Capek (1890-1938) del que solo
le recuerdo acuñó el moderno concepto de robot, una pincelada científico-técnica.
Pero si atendemos a la segunda parte
del titular, la prosáica Contribuciones
de los judíos al mundo moderno, nos percatamos
de la verdadera intención de su autor, que no es otra que la de ofrecernos un más
que completo ensayo, de las innumerables aportaciones que tanto en el campo de
las ciencias teóricas y empíricas como en el de las artes, han realizados las personas
de origen judío en la modernidad.
Un listado de personas que, para el lector atento y avisado no escapa, mayoritariamente procede de su vinculación social bien con el escritor o bien con el físico. O es conocido kafkiano o lo es einsteniano o lo es de los dos.
Con un estilo que cabalga entre
el ensayo (histórico/de pensamiento) y la investigación (periodística) el autor
nos muestra de manera exhaustiva las principales aportaciones que los judíos
han realizado principalmente al mundo moderno (siglos XIX, XX y XXI). De
Abraham a Moisés. De Jesucristo (Yeshua ben Yosef) a Maimónides y Spinoza. De
Marx a Freud. De Kafka a Einstein. Visto con perspectiva, los judíos casi
siempre han sido grandes Hacedores de la Historia y lo podemos comprobar gracias
a este ejemplar de estudio divulgativo, de lectura por demás recomendable.
Por cierto, en las respectivas correspondencias
de Einstein y Kafka no aparece ni la menor mención del otro. Ni del relativista
en la del autor de ‘El proceso’, ni del realista-fantástico en la del creador
de las Teorías de la Relatividad ¿Se conocieron? Sí, sin duda, pero, ¿hasta qué punto? ¿Cómo se cayeron? ¿Qué llegaron
a saber el uno del otro? ¿Intercambiaron ideas? ¿Se influyeron mutuamente?
Recuerde:
TÍTULO: ‘Cuando Einstein encontró a Kafka.
Contribuciones de los judíos al mundo moderno’
AUTOR: Diego Moldes
EDITORIAL: Galaxia Gutenberg
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