En este dosmilésimo vigesimoprimer (2021.º) Año del Señor, y segundo (2.º) de la pandemia COVID-19 causada por el virus de la clase coronavirus SARS-CoV-2, celebramos el centenario de la concesión del Premio Nobel en Física de 1921 al genial científico germano-estadounidense Albert Einstein (1879-1955), «por sus aportaciones a la física teórica y, especialmente, por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico».
De celebración
Sí, ha leído bien, y no, no se trata de un error de
transcripción. El físico judío no lo recibió por la moderna disciplina de la relatividad,
uno de los pilares de la física moderna, sino por la mecánica
cuántica, otro de los pilares junto a la teoría del caos. Ya ve la
carga de ironía que a veces trae la vida consigo, pero bueno, estas cosas
pasan.
Y sí, lo sé, usted, como mucha otra gente, creía que
el galardón se lo habían dado por lo del relativismo, por aquello de que todo
es relativo, pero “no eso, no eso” (Ortega ‘dixit’). Así que ni
relatividad ni relativismo. Estas cosas pasan también.
La de la concesión del premio es otra historia, ésta nobelera, que habrá que traer a esta tribuna digital en otro momento porque la que nos ocupa hoy va de las supuestas citas que dicen que dijo el genio relativista, sea el de la teoría especial o restringida (TRE), sea el de la teoría general (TRG), toda una teoría de gravitación.
Una aproximación acerca de lo que dijo
Una muy breve compilación que pretende mostrar y
aportar un conocimiento global alejado de la hagiografía, tanto del hombre como
del científico. Una nueva aproximación a través de sus citas al Einstein real,
imperfecto y brillante, con sus luces, sus sombras y sus claroscuros.
Un acercamiento a Albert, el hombre, complejamente
humano, ¡como casi todos!, y a Einstein, el científico, sencillamente genial,
¡como casi nadie! Albert Einstein, ¡el mito!
Y entre las citas hay de todo como en las buenas boticas de siempre, desde las pertenecientes a la misma intimidad personal y familiar, hasta las de carácter público y social, pasando, naturalmente, por las relacionadas con la ciencia y la técnica.
De modo que sabremos lo que pensaba de la familia,
la esposa, los hijos y amigos. Así como de la música, la muerte, la
imaginación, la curiosidad y, claro, sobre sí mismo. O sobre la guerra, la
vida, la religión, la bomba nuclear, la educación o la paz. Sin dejar atrás
otras cuestiones de no menor calado como la raza, la enseñanza y, naturalmente,
la ciencia y los científicos.
Lo que Einstein NUNCA dijo
Es cierto que el genio habló y opinó sobre muchos
asuntos y de naturaleza muy dispar, y no lo es menos el hecho de que millones
de personas en todo el mundo las toman como verdaderos “mandamientos
einstenienses”. Lo que plantea un doble problema. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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