(Continuación) Una de las constelaciones más características de la primavera es Leo, fácil de localizar hacia el sur tras la puesta de Sol, por su forma de signo de interrogación invertido. Mirando hacia el norte de Leo, podemos reconocer fácilmente a la Osa Mayor. Y hacia el este de Leo, destacan las constelaciones de Virgo y del Boyero, cada una con una estrella brillante: Spica en Virgo y Arturo en el Boyero.
Como seguro saben, el
triángulo formado por estas dos estrellas y Régulo en Leo es conocido
como el ‘triángulo de la primavera’, cuya localización en el cielo nos
proporciona un buen punto de partida para empezar a explorar el resto de las
constelaciones visibles durante esta estación. También, alrededor de la Estrella
Polar, se podrán ver a lo largo de la noche a la Osa Menor, Dragón
y Cefeo.
Acerca de la observación nocturna
Es una obviedad, pero aun
así lo pongo negro sobre blanco. Para una mejor observación en el cielo de
algún fenómeno astronómico de interés, bien sea de los predicho (eclipses)
o no (nuevos cometas), y para cualquier época del año, deberemos
escoger, preferiblemente, fechas cercanas a la Luna Nueva o Novilunio,
que esta primavera les recuerdo que serán el 12 de abril, 11 de mayo y 10 de
junio.
Estas fechas digo, salvo que lo que pretendamos observar sea, por razones obvias, la propia Luna. Con grandes prismáticos o con un pequeño telescopio, dotados eso sí de un filtro lunar adecuado, podremos observar y con gran detalle su relieve en plenilunio.
Una magnífica forma de
hacerlo puede ser observándola cada noche, mientras va aumentando su
iluminación; así podrá apreciar cómo van apareciendo, en cada sesión, nuevos
accidentes orográficos. Una práctica de lo más aconsejable.
Aún sin prismáticos y en
las noches oscuras de la luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión
como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de estrellas
Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo
(Messier 1). Y con prismáticos también se pueden ver las lunas más
brillantes de Júpiter e incluso realizar un recorrido por la franja
estrellada que constituye la Vía Láctea.
Del alargamiento de los días y el cambio de hora
Como bien sabemos por propia experiencia vital, es en esta época del año cuando los días se “alargan” de forma más rápida, vamos que duran más. Y es que en las latitudes geográficas que se encuentra la península, el Sol sale por las mañanas más de un minuto antes que el día anterior, y por la tarde se pone más de un minuto después. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si
desean ampliar información sobre ellas.
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