Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional -dependiente del Instituto Geográfico Nacional, que a su vez pertenece al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España-, la estación de la primavera de este Año del Señor de 2021 comenzará hoy sábado 20 de marzo a las 10 h 37 min hora oficial peninsular y Baleares, las 9 h 37 min en Canarias o, también, las 9:37 UTC.
La misma hora en la que tiene lugar el equinoccio
de marzo con el que se inicia una estación astronómica que durará noventa y
dos (92) días y dieciocho (18) horas, terminando el próximo 21 de junio con el
comienzo del verano. Es lo que tiene la primavera, que dura exactamente, lo que
tarda en llegar el verano.
Nunca en la misma fecha
Una fecha de inicio
primaveral, que no es siempre la misma. De hecho, a lo largo de este siglo XXI
podrá suceder hasta en tres ocasiones diferentes (del 19, 20 y 21 de marzo). La
más tempranera, que tendrá lugar en las postrimerías del mismo, en el año 2096.
La de hoy. Y la más tardía que ya ocurrió, pues fue en el 2003.
Unas variaciones en el inicio estacional que obedecen a la necesidad de ajustar la duración del año calendario (unos bisiestos, de un día más, y otros no), con la de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol, nuestra estrella, o año trópico. Son exigencias matemáticas de la cinemática celeste. Todo esto dicho para el hemisferio norte o septentrional, donde da inicio la estación de la primavera, razón por la que también se le conoce como equinoccio primaveral o vernal.
Lo digo porque no debemos
olvidar que, en el hemisferio sur o meridional, lo que da comienzo en
este día es la estación del otoño, motivo por el que también se le
denomina equinoccio otoñal. Así que mejor llamarlos equinoccio de marzo
y equinoccio de septiembre y no dar lugar a confusión.
En cualquier caso,
puntualizar que estamos ante una de las cuatro situaciones astronómicas que no
meteorológicas, relacionadas con la posición relativa de Tierra y Sol en el
espacio, y que nos marcan los cambios de estaciones. Las llamamos equinoccios
y solsticios respectivamente, existiendo dos de cada una. Una cuestión
de convenio.
Una cuestión de convenio
Como casi todo lo humano, el inicio de las estaciones también es fruto de un acuerdo, de un compromiso consensuado. De forma que, por convenio, dichos inicios vienen determinados por aquellos instantes en los que la Tierra, ocupa unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. (Continuará)
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