Es el sorprendente y epatante título de este pequeño y ligero libro (15,6 cm x 21,0 cm, 160 páginas y 418 g de masa) contenedor de 150 tiras cómicas ‘de’ y ‘sobre’ ciencia, recopiladas por el dibujante escocés Tom Gauld (1976) de entre las publicadas en la revista New Scientist a lo largo de varios años de humorística y blanca colaboración gráfica semanal. Un librito magníficamente presentado y prueba cierta de que humor y ciencia no solo pueden y deben ir de la mano, sino que pueden dirigirse hacia (casi) cualquier destinatario.
Trato de decirle que la
ciencia no solo es lo suficientemente seria como para ser tratada con humor, sino
que ambos campos se pueden aunar sin ensombrecerse uno ni desfigurarse otra y
que, además, el binomio funciona razonablemente bien ante cualquier perfil de
lector. Desde el doctor académico más experto en la especialidad que sea, hasta
un simple aficionado con conocimientos básicos de ciencias, pasando
naturalmente por los estadios intermedios del saber correspondiente. El caso es
que no importa el nivel, todos pueden entender y disfrutar con la ironía balística
de buena parte de los gags viñeteros.
Y eso que el autor, un declarado completo lego en materias científicas, no ve charco en el que no se quiera meter: científicos, cuerpos teóricos, sucedidos, pseudociencias, libros, experimentos, inventos, magufadas, etcétera. Por las viñetas desfilan Boyle, Mary Anning, Arquímedes, William Morris, Newton, Rosalind Franklin, Einstein, Planck o Marie Curie, y se habla de relatividad, biología evolutiva, sólidos platónicos, teoría cuántica o energía oscura citando, cómo no, el gato de Schrödinger, el perro de Pavlov o el test de Turing.
De todo ello trata Gauld,
utilizando su peculiar y minimalista grafismo, un estilo basado en la sencillez
y el esquematismo de sus trazos para dibujar con él lo poco que necesita: seres
humanos, partículas, piedras, libros, robots o ingenios mecánicos. Los
protagonistas son figuras de palitos y simples caras sin facciones, unas
siluetas apenas que sin embargo tienen la expresividad justa para que la viñeta
funcione. Un estilo que funciona a la perfección y de muestra un botón,
perdonen la autorreferencia.
Desde que mi nieto Carlos, a punto de cumplir los siete años, lo vio encima de la mesa se sintió atraído por los monigotes y trazos de la portada y señalándolo me preguntó: “¿Abuelo, este libro de qué es?”. Desde entonces, cada vez que viene a casa nos sentamos juntos en el sillón y durante un rato hojeamos sus páginas, él lee en voz alta, yo le explico lo que puedo y los dos nos divertimos, porque sin duda el humor despierta empatía, y si bien quien nos hace reír es todo un cómico, quien nos hace pensar y luego reír, ése es ya un humorista. Un libro recomendable, recuerde:
TÍTULO: El
Departamento de Teorías Alucinantes
AUTOR: Tom Gauld
EDITORIAL: Salamandra
Graphic, 2020
Me parece una buena reseña, pienso comprármelo para mi hijo. Gracias
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