Un doble punto de vista disciplinar,
macroscópico y microscópico, molar y molecular, posible gracias a la
colaboración de sus dos autores italianos, el genetista italiano Edoardo
Boncinelli (1941) y el físico de partículas Antonio Ereditato (1955),
que ajustan e integran sus conocimientos para ofrecernos esta magnífica exposición
filosófica-biológica-cosmológica. Y todo gracias a la capacidad de un cerebro
humano como único objeto del universo capaz no sólo de estudiarse a sí mismo,
tanto por fuera como por dentro, sino también de intentar explicar el mismo cosmos
donde vivimos y al que en realidad le termina confiriendo su propia existencia,
tras su entendimiento y comprensión.
Y lo hacen utilizando un
lenguaje preciso pero no complejo, que no profundiza innecesariamente en teorías
científicas, ni abusa del número de científicos citados ni emplea una sóla fórmula
científica. Bueno, en puridad aparece una, pero tiene más bien valor testimonial
que otra cosa, me refiero a la einsteniana E = m·c2, quizás la más famosa
de todas las que en el mundo han sido, son y serán. Todo ello en apenas un par
de cientos de páginas, estructuradas en un prólogo y diez capítulos que llevan estos
sugestivos nombres: Observar el mundo. Nosotros y el microcosmos. ‘Fiat lux’.
Átomos ligeros y átomos pesados. Al fin, la vida. Un ser medianamente
inteligente, pero muy ingenioso. La vida extraterrestre. Nuestra CPU sabe lo
que es. El oficio más bello del mundo. Rebobinemos.
TÍTULO: El cosmos de
la mente. Breve historia de cómo el hombre ha creado el universo
AUTORES: Edoardo
Boncinelli y Antonio Ereditato
EDITORIAL: Tusquets editores.
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